En el marco del séptimo examen periódico que realizará el Comité Contra la Tortura de Naciones Unidas, México comparecerá el próximo 26 de abril para rendir cuentas sobre el estado del cumplimiento de los tratados internacionales para erradicar la práctica de tortura en México.
Este organismo de Naciones Unidas dio a conocer que, junto con México, también comparecerán el Reino Unido, la República Democrática del Congo, Alemania, Benín y Sudáfrica.
Estos países forman parte de los 166 Estados incluidos en la Convención Contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, por lo que son objeto de revisiones periódicas para saber cómo están implementado los estatutos de esta Conversión y si han implementado las recomendaciones anteriores.
El Comité dará a conocer sus conclusiones de estas comparecencias el próximo 17 de mayo.
El preámbulo frente a la situación de tortura en México
Frente a esta comparecencia, cerca 100 organizaciones civiles mexicanas e internacionales presentarán ante el Comité Contra la Tortura de Naciones Unidas el “Informe Alternativo de las Organizaciones de la Sociedad Civil de México 2012-2019”.
Este informe busca presentar “un panorama lo más amplio posible sobre la problemática de la tortura y los tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”.
El documento se sustenta en las cifras que recopilaron las diversas organizaciones que participaron en su elaboración relativas a la situación de la tortura en México.
Entre otros datos relevantes, este informe consignó los resultados de la Encuesta Nacional de la Población Privada de Libertad, donde se puede apreciar en parte el uso de la tortura en el sistema de procuración de justicia.
De acuerdo con ello, el 75.6% de las personas privadas de la libertad declararon haber sufrido violencia psicológica; otro 63.8% declaró que hubo violencia física durante su arresto.
Asimismo, el 49.4% fue incomunicado al ingresar al Ministerio Público; el 39.4% declaró que recibió patadas o puñetazos, mientras que el 23% refirió que recibieron golpes con algún objeto así como lesiones por aplastamiento.
Si bien estos datos proveen información sobre los contextos más conocidos de tortura en México, el informe señala que estas prácticas se dan en múltiples entornos como:
- En las instalaciones militares
- En los centros de salud
- Hospitales psiquiátricos
- Centros de detención migratoria
- Centros de menores
- En el uso de la fuerza pública en las manifestaciones
Tortura impune
Un factor que afecta a todas las víctimas de tortura en México es la impunidad. Un ejemplo de ello es que, la Unidad Especializada de Investigación del Delito de Tortura a nivel federal, en febrero de 2018, tenía conocimiento de 8 mil 355 investigaciones por tortura, de las cuales, únicamente en 17 se había ejercido acción penal.
De igual forma, el Estado mexicano dio a conocer a la Corte Interamericana de Derechos Humanos que, entre 2006 y 2015 únicamente existían 15 condenas federales.
Otra evidencia de los altos índice de impunidad es que, en el tercer examen periódico universal (examen de los expedientes de derechos humanos de todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas) de noviembre de 2018, se informó que entre 2013 y 2018 sólo se habían emitido 36 sentencias federales por tortura. De este total, varias causas penales tuvieron sentencias absolutorias, mientras que otras sentencias condenatorias fueron revocadas en apelación, por lo que se desconoce su resultado final.
En el ámbito del fuero estatal, durante 2016 solo siete de 3 mil 214 denuncias de tortura fueron judicializadas: en estas denuncias se vieron involucradas 3 mil 69 víctimas.
Los más vulnerables frente a la tortura en México
El Informe Alternativo de las Organizaciones de la Sociedad Civil de México también detectó a los sectores de la población que se encuentran en riesgo:
- Tortura sexual a mujeres
- Diversidad sexual
- Pueblos indígenas
- Niñez
- Salud mental y discapacidad
- Personas defensoras y periodistas
Elementos como la impunidad y la falta de protocolos adecuados para la investigación de la tortura, y la falta de independencia e imparcialidad, dejan vulnerable a múltiples sectores de la población.
