Las estimaciones del INEGI sobre el salario en México son una clara muestra de la fractura del mundo del trabajo, sobre la cual poco o nada se ha avanzado en los primeros nueve meses del año.
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El día de ayer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), para el tercer trimestre del 2019.
El único cambio palpable es el incremento en el monto del salario mínimo; pero no ocurrió así respecto de la proporción de personas que se ubican en los estratos más bajos de ingresos en el país.
Al cierre del mes de septiembre del 2019, el INEGI estima que había 94.94 millones de personas mayores de 15 años, que es la edad mínima permitida por la ley para el acceso al trabajo, siempre y cuando no se ponga en riesgo la integridad, salud y desarrollo de las y los menores de edad que se incorporan a actividades productivas.
De esa suma, la Población Económicamente Activa se estimó en 57.34 millones de personas, de las cuales, 55.20 millones se encontraban ocupadas y 2.14 millones se encontraban en condiciones de desocupación.
De los 55.20 millones de personas que se encontraban ocupadas al cierre del mes de septiembre de este año, 37.45 millones eran trabajadores remunerados o subordinados; 2.67 millones eran empleadores; 12.44 millones eran trabajadores por su cuenta; y 2.62 millones eran trabajadoras y trabajadores no remunerados.
El sector que tiene un menor número de personas empleadas es el sector primario (agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca), con 7 millones de personas empleadas; en segundo lugar, se encuentra el sector secundario (industria extractiva y de la electricidad, manufacturas y construcción), con 13.88 millones de personas empleadas; y el sector terciario (Comercio y servicios); con 33.98 millones de personas.
Los bajos niveles de salario, así como las elevadas tasas de informalidad laboral, han llevado a una doble condición de precariedad laboral en el país, que se expresa, por un lado, en una alta proporción de trabajadoras y trabajadores, quienes a pesar de tener disponibilidad para trabajar más horas en la semana, no lo hacen pues no hay la oferta de empleo necesaria; y por el otro, personas que desarrollan jornadas laborales por arriba de las 48 horas a la semana, lo cual les ubica en lo que INEGI denomina como “condiciones críticas de ocupación”.
Los datos más relevantes son: 1.54 millones de personas que, teniendo vínculo laboral, se encuentran “ausentes” de sus empleos. Hay adicionalmente 3.34 millones de personas ocupadas durante menos de 15 horas a la semana (3 horas por día); le siguen en ese orden quienes se encuentran ocupados, en rangos de ocupación de 15 a 34 horas por semana.
Asimismo, es importante subrayar que el grupo más numeroso es el que registra ocupación en el rango de 34 a 48 horas laborales por semana. Finalmente, se encuentra el ya mencionado grupo que trabaja más de 48 horas por semana, con una suma total de 15.35 millones de personas que trabajan en ese nivel.
Para dimensionar los niveles de explotación que se viven en México, es preciso mostrar los niveles de ingresos salariales que se tienen en el territorio nacional.
En primer lugar, en orden ascendente, debe destacarse que hay 3.48 millones de personas trabajadoras que no reciben ingresos por el trabajo que desarrollan.
En segundo lugar, hay 10.94 millones de personas que perciben hasta un salario mínimo, es decir, 102.68 pesos al día, en la mayoría del territorio nacional, y 176.7 pesos en la franja fronteriza norte del país.
En tercer lugar, se encuentra el grupo de ingresos en el rango de uno y hasta dos salarios mínimos, con 17.53 millones de personas ocupadas en ese intervalo; le sigue en ese orden el grupo de personas ocupadas, con ingresos de dos y hasta tres salarios mínimos al día, en el que se ubican 10.03 millones de personas.
En contraste con lo anterior, los grupos que logran niveles de ingresos mayores son sumamente reducidos, pues en el rango de tres a cinco salarios mínimos se ubican sólo 4.62 millones de personas; y en el rango de cinco salarios mínimos al día, o más, se encuentran sólo 1.81 millones de trabajadores.
Finalmente, es relevante mostrar que de los 55.2 millones de personas ocupadas, únicamente 20.58 millones tienen acceso a prestaciones médicas vinculadas a su trabajo (37.28% del total); mientras que 34.28 millones no tienen acceso (62.1% del total).
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