El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), dio a conocer los resultados de la estimación de la cuenta satélite relativa al trabajo doméstico no remunerado en los hogares, cuyo valor económico en el 2020 se estimó en 6.4 billones de pesos en el país, monto que equivale al 27.6% del PIB nacional. Es decir, poco más de 1 de cada cuatro pesos de valor que se generan en el país -y que debe subrayarse, no se pagan-, provienen de las actividades domésticas y de cuidados en el hogar.
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Destaca sobre todo que, del monto señalado, las mujeres aportaron el 73.3% del valor económico atribuido a las actividades no remuneradas de los hogares, mientras que los hombres aportaron el 26.7%. Esta diferencia implica que las mujeres aportaron 2.7 veces más valor económico en estas actividades, que los varones.
Las principales actividades
De acuerdo con el INEGI, las actividades que en mayor medida contribuyen a generar valor económico en los hogares son los servicios de cuidado y apoyo con 27.9% del total. La segunda actividad que genera mayor valor, es la de preparar y proporcionar alimentos, la cual genera 21.8% del total; mientras que las actividades de mantenimiento y limpieza de la vivienda concentraron el 20.7% del valor total que aportan a la economía los hogares del país.
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Un dato importante que destaca el INEGI es que en 2020 se incrementó el número de horas de trabajo no remunerado en los hogares; y aunque el Instituto no lo señala de esa manera, esto sin duda está relacionado con el confinamiento obligado que se ha vivido en la pandemia.
Desde esa perspectiva es importante subrayar que las actividades que registraron un mayor incremento fueron: cuidados de salud dentro del hogar, en 9.4%; limpieza y mantenimiento de la vivienda, 7.5%; las actividades de apoyo a otros hogares crecieron en 7.3%; así como las tareas de alimentación, las cuales se incrementaron en 4.8%.
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En contraste, en 2020 se registraron importantes decrementos en varias de las actividades no remuneradas generadoras de valor económico en los hogares: el trabajo voluntario, el cual cayó en 13.8%; los cuidados generales, la ayuda escolar (incluidos traslados y acompañamiento), cayeron 6.2%; así como las compras y administración del hogar, en la cual hubo una reducción de 3.6%.
La traducción monetaria
Las estimaciones del INEGI indican un incremento en el valor económico neto per cápita del trabajo no remunerado en los hogares, equivalente al 11.1%, respecto de lo estimado para el año 2019. En términos absolutos, esto implica que en 2020, cada persona en el país aportó 49,437 pesos de valor económico mediante el trabajo no remunerado.
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Las diferencias por sexo son muy significativas en este rubro pues ellas aportaron trabajo equivalente a 69,128 pesos anuales en 2020, mientras que los hombres aportaron trabajo no remunerado equivalente a 27,175 pesos de manera anualizada.
La aportación de niñas y niños
Un dato sumamente interesante que proporciona el INEGI es el relativo a la aportación que hacen niñas y niños de 5 a 11 años de edad, al trabajo no remunerado de los hogares. En efecto, los estudios del Instituto muestran que su aportación equivale a 0.5% del PIB nacional. De ese monto, el 51.4% fue aportado por niñas y el 48.6% por niños. Las niñas aportaron 5.5 horas semanales, mientras que los niños aportaron 5.1 horas a la semana.
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Las mujeres y niñas desempeñan un papel crucial en el trabajo no remunerado, que incluye tareas domesticas, cuidando de la familia y trabajo, sin embargo, esta contribución a menudo se invisibiliza y no se valora adecuadamente, lo que perpetua la desigualdad de genero, es necesario invertir en la infraestructura educativa, mejorar la calidad de la enseñanza y garantizar el acceso equitativo a una educación de calidad para todos los mexicanos
Al observar detenidamente las diversas estadísticas y distintas versiones con las que se sujeta dicha información del INEGI, se comprende claramente que existe en el mundo un sistema de desigualdad en el cual mujeres y niñas representan la mayor afectación, siendo estas las que mantienen el país de forma sustancial activo, dado que son las que mayormente están encaradas y se les adjudica la responsabilidad de los cuidados y del trabajo no remunerado que consciente o inconscientemente marca el desarrollo.