Gracias al discurso nacionalista que se ha posicionado entre los políticos de más alto rango, actualmente es más común relacionar el crimen, el tráfico de drogas y en general, la comisión de delitos con los migrantes.
En especial, la imagen que se tiene de los traficantes de drogas (tanto en Estados Unidos como en México) es la de un latino contrabandenado productos ilegales por medio de la frontera sur del país vecino. En efecto, gran parte del discurso del presidente Donal Trump, se justifica en este prejuicio y posiciona a las personas migrantes como una amenaza para los Estados Unidos.
Sin embargo, la realidad sobre el origen de quienes se dedican al tráfico de drogas en Norteamérica está muy lejos de lo que se asume como verdadero en cuanto a las actividades de las personas migrantes.
De acuerdo con un análisis que realizó el Instituto CATO (un instituto con sede en Washington dedicado a la investigación de política pública) la gran mayoría de los traficantes son ciudadanos norteamericanos.
El estudio analizó los datos de la U.S. Sentencing Comission, con el objetivo de identificar el estatus migratorio de las personas que recibieron una condena por tráfico de drogas.
De lo anterior resultó que en 2018, el 77% de los traficantes de drogas eran ciudadanos norteamericanos, mientras que, un 16% eran personas con un estatus migratorio ilegal. Adicionalmente, el 6% fueron personas con un estatus migratorio legal (sin ser ciudadanos americanos), y solo en el 1% de los casos el estatus migratorio no se conocía.
Por su parte, las personas con un estatus migratorio ilegal representaron el 21% en 2011, y a diferencia de lo que ocurre con los ciudadanos de Estados Unidos, el porcentaje de personas con estatus migratorio ilegal que recibieron una condena por el delito de tráfico de drogas ha disminuido constantemente, por lo que, el 16% que se registró durante 2018 fue un mínimo histórico.
En cuanto a quienes se encontraban de manera legal en Estados Unidos, y recibieron una condena por tráfico de drogas, han representado entre el 6 y el 7% entre 2011 y 2018, mientras que los que tienen un estatus desconocido disminuyeron de 3 a 1% durante el mismo periodo.
Mientras que, entre 2011 y 2018 los ciudadanos norteamericanos que recibieron una condena por tráfico de drogas pasaron de representar el 70 al 77% del total, la proporción de personas con estatus ilegal condenadas por el mismo motivo disminuyeron de 21 a 16 por ciento.
De acuerdo con este análisis del Instituto CATO, la razón por la que la mayor parte de los traficantes de drogas son de nacionalidad estadounidense, es que la mayoría del tráfico ocurre en los puertos de entrada.
Eso se debe a que gran parte de las drogas, además de la mariguana, son más fáciles de ocultar en el equipaje legal que cuando se cruza el río fronterizo o los desiertos de Arizona.
En los puertos se ha incautado entre el 80 y el 90% de las drogas (sin tomar en cuenta la mariguana).
Derivado de lo anterior, el Instituto CATO advierte que el Congreso no debería de tratar a los inmigrantes ilegales como si ellos dominaran el tráfico de drogas, y que lo único que ha reducido el tráfico de drogas ha sido la legalización a nivel estatal de la mariguana.
Frase clave: tráfico de drogas
Palabras clave objetivo: tráfico de drogas, inmigrantes, ilegales, Instituto Cato, ciudadanos americanos, estadounidense, puertos de entrada,
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