por Nelly Montealegre
México se encuentra clasificado internacionalmente como un país de origen, tránsito y destino de víctimas de trata de personas, principalmente con fines de explotación sexual y trabajo forzado; su posición geográfica lo convierte en un gran escenario de flujos migratorios, lo cual lo hace aún más propicio para la comisión de este delito dentro y fuera de las fronteras nacionales, a través de las cuales entran y salen anualmente millones de personas entre turistas, visitantes locales o trabajadores temporales. Dicha circunstancia nos permite tener sólo aproximaciones del número real de víctimas de estos ilícitos.