por Ricardo Lagos
Si se habla de siglo XXI con espíritu prospectivo hay dos realidades que no pueden dejarse de lado: primero, ya ningún país, ni el más poderoso, puede solucionar por sí solo todos los problemas del devenir mundial; segundo, nunca como ahora la sociedad civil, en todos los continentes, se intercomunica y sigue el acontecer que le importa, el cercano y el lejano; por ello, opina y exige más sobre el papel internacional que espera de su país. Ése es el marco para un nuevo orden mundial