Escrito por 12:00 am 2014, Agendas locales, MS en Excélsior

Un país que envejece

por Mario Luis Fuentes

La población mexicana está envejeciendo rápidamente. De acuerdo con expertos, estamos viviendo uno de los procesos más acelerados en el mundo, lo cual nos coloca en el rango de los denominados “países con transiciones demográficas aceleradas”. A finales de 2013 se estima que había 7.73 millones de personas mayores de 65 años; entre ellos, al menos 4 millones son pobres.


De acuerdo con los datos del Consejo Nacional de Población, en el año 2010 había 7 millones de personas mayores de 65 años; 3.8 millones de mujeres en ese segmento etario, y 3.2 millones de hombres.

Para el año 2013 la cifra ha crecido en más de 700 mil personas en este segmento, pues se ha llegado, de acuerdo con las proyecciones de población, a 7 millones 737 mil 600 adultos mayores, de los cuales 4.18 millones son mujeres y 3.55 millones son hombres.

Como puede verse, hay también un acelerado proceso de “sobremortalidad masculina” en este grupo de edad, pues después de los 65 años los hombres fallecen a edades más tempranas que las mujeres. Este fenómeno llevará a que en 2020, de los 9.77 millones de adultos mayores que habrá aproximadamente al cierre de ese año, 5.32 millones serán mujeres y 4.44 millones serán hombres.

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Para el año 2050 la brecha entre mujeres y hombres se habrá ensanchado aún más, pues mientras que en 2010 el peso de las personas del sexo femenino en la población de 65 años y más era de 54%, para el año 2050 será de poco más de 57%.

Debe destacarse que, en términos absolutos, las proyecciones son por demás elocuentes: para el año 2030 la cifra de personas adultas mayores llegará a 13.85 millones, en 2040 crecerá a 18.9 millones, mientras que en 2050 estaremos ante una realidad de 23.13 millones de personas con 65 años o más de edad.

Dicho de manera resumida, en las próximas cuatro décadas la población de personas mayores de 65 años crecerá al triple de lo que hoy tenemos, con los consecuentes retos y disyuntivas que esta realidad implicará para las políticas públicas.

Una vejez en pobreza

Debe decirse que las personas mayores de 65 años viven condiciones adversas. Según los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), entre los años 2010 y 2012 la proporción de personas en situación de pobreza se mantuvo intocada en este periodo; empero, debido al incremento en números absolutos de las personas adultas mayores, la cifra pasó de 3.6 millones en condiciones de pobreza, a 4 millones de personas en esa situación.

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Asimismo, es de hacerse notar que este grupo de población es uno de los que presenta mayores proporciones de rezago educativo; así, los datos oficiales revelan que 63.15 millones de quienes tenían 65 años o más en 2012 se encontraban en condición de rezago educativo, es decir, no habían logrado concluir aún los estudios de educación secundaria.

Asimismo, 36% de esta población, es decir, uno de cada cuatro, carecía en 2012 de servicios de seguridad social, lo que significa 2.3 millones de personas; cien mil más en esa condición que las registradas en la medición de dos años atrás.

Debe decirse también que entre esta población, únicamente 19% del total fue identificada como no pobre y no vulnerable, es decir, con acceso a los niveles mínimos de bienestar considerados por Coneval. Esto significa que de los poco más de 7 millones de personas en ese segmento de edad, habría únicamente 1.6 millones que no son pobres o que no enfrentan ninguna de las vulnerabilidades.

Pocos años de vida saludable

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De acuerdo con la información oficial, el proceso de envejecimiento de la población está acompañado de nuevas tendencias de morbilidad y mortalidad, que determinan una importante reducción en la cantidad de los años de vida saludable de las personas; es decir, a pesar de que vivimos cada vez más años, éstos transcurren en medio de mayores dificultades y problemas de salud.

Desde esta perspectiva es importante señalar, en primer término, que las personas que tienen más de 65 años enferman principalmente de padecimientos que atacan las vulnerabilidades que se generan vinculadas a la edad; por ejemplo, de acuerdo con los Anuarios de Morbilidad de la Secretaría de Salud, en 2011 hubo 1.24 millones de casos de enfermedades respiratorias agudas para las personas en el grupo de edad señalado.

Esto significa una incidencia de 18 mil 762 casos por cada 100 mil habitantes en el grupo de edad; dadas las cifras señaladas, esto significa que prácticamente una de cada cinco personas adultas mayores adquirió una enfermedad respiratoria aguda en el año señalado.

La segunda causa de enfermedad son las infecciones de vías urinarias, de las cuales se registraron más de 442 mil casos en el año 2011; le siguen las infecciones intestinales, con más de 356 mil casos. Al respecto debe señalarse que en el año 2011 la cantidad de personas adultas mayores se estimó en 7.44 millones; es evidente que las proporciones de enfermedad son muy altas.

Las tendencias de mortalidad

Las personas mayores de 65 años concentran 53.7% de la carga total de la mortalidad del país; esto significa que de cada 100 decesos que se registran en México 54 ocurren en personas que habían cumplido los 65 años o más. En efecto, de los 5.53 millones de personas que han fallecido entre los años de 2003 y 2012, 2.87 millones tenían más de 65 años al momento del deceso.

A pesar de este promedio, hay grupos de enfermedad en los que las personas mayores de 65 años concentran los más altos niveles de mortalidad, particularmente en los grupos de enfermedades crónico degenerativas, además del caso de los accidentes, concentrados fundamentalmente en los rubros de las “caídas” y el de “atropellamiento de peatón”.

En este contexto, el mayor peso de la mortalidad de las personas adultas mayores se encuentra en las enfermedades del aparato circulatorio, pues de los 1.24 millones de decesos ocurridos entre 2003 y 2012 por esa causa, el grupo de mayores de 65 años concentró una suma de 933 mil 350 casos, es decir, 75% del total de los ocurridos en la República.

En segundo lugar se encuentran las enfermedades metabólicas, endocrinas y nutricionales. En este rubro, de las 878 mil 424 muertes ocurridas entre los años de 2003 y 2012, las personas mayores de 65 años acumularon 544 mil 372 casos, es decir, 62% del total.

En tercer sitio se ubican las defunciones a causa de los tumores; en efecto, de los 702 mil 909 decesos ocurridos en el periodo señalado, 381 mil 916 casos corresponden a personas que al morir contaban con 65 años o más; esto representa 54.3% del total.

Debe destacarse también el caso de las enfermedades del sistema respiratorio, pues de los 453 mil 268 decesos ocurridos en la última década por esta causa, 329 mil 889 casos corresponden a personas adultas mayores, es decir, un 72.8% del total.

Finalmente, como quinta causa de muerte, por la magnitud registrada, se encuentran las enfermedades del sistema digestivo, pues de los 509 mil 101 casos acaecidos entre 2003 y 2012, un total de 246 mil 629 correspondieron a las personas adultas mayores, cifra equivalente a 48.8% del total.

*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 28- Enero- 2014, p.22

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