por Mario Luis Fuentes
Ninguna nación puede presentarse realmente como igualitaria, cuando las probabilidades de que las generaciones presentes y futuras tengan acceso a mejores condiciones de bienestar y desarrollo que las precedentes son escasas o nulas. Es decir, cuando el futuro está cancelado para las nuevas generaciones y cuando sus expectativas de vida son menores a las que tuvieron sus padres, madres o abuelos.