El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer los resultados de su investigación relativa a la clase media. Diseñó desde el 2010 una metodología de análisis que, con base en la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto en los Hogares (ENIGH, 2020), le permite clasificar a los hogares y la población nacional en tres grandes estratos socioeconómicos, y con ello, determinar la magnitud de la clase alta, clase media y clase baja en el país.
Escribe: Saúl Arellano. Puedes seguirlo en Twitter: @saularellano
Es importante decir que la ENIGH 2020 se levantó entre el 21 de agosto y el 28 de noviembre de 2020, y que recoge, en ese sentido, información de un periodo en el que ya los efectos económicos de la pandemia estaban haciendo estragos en amplios sectores de la población, y que se han prolongado hasta lo que va de 2021.
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De esta forma, es importante subrayar que la actualización de este análisis experimental del INEGI muestra a una vapuleada clase media, y a una cada vez más empobrecida mayoría de la población. En efecto, los datos muestran, en primer lugar, un muy relevante crecimiento en la magnitud de la población nacional entre el 2010 y el 2020, pues se pasó de 112.3 millones de habitantes en la primera fecha, a 126.8 millones en el 2020.
Desde esta perspectiva, importa decir que, en el 2010, el INEGI estimó que únicamente 1.91 millones de personas, es decir, el 1.7% de la población era parte de la clase alta. Para el año 2018, la estimación del número de personas en esta clase social bajó a 1.83 millones, lo que significa que, en términos porcentuales, el indicador cayó a sólo el 1.5%.
Finalmente, para el año 2020, el número absoluto disminuyó aún más a 1.023 millones, pero como el número de población se incrementó en la magnitud ya señalado, ese dato significa que, en México, actualmente sólo el 0.8% de la población nacional puede ser considerada como de clase alta; dato nada menos pues implica que en una década, la clase alta se redujo en prácticamente a la mitad.
Respecto de la clase media, en el 2010 el INEGI estimó que habría 43.9 millones de personas ene se estrato socioeconómico, equivalente al 39.2% de la población de esa fecha. Para el año 2018, la población en clase media ascendió a 53.47 millones, lo cual representó un 42.7% del total nacional. Este incremento no se debe solo a un “ascenso” de las clases bajas, sino también a la reducción de la clase alta, que, en su mayoría, cuando dejaron de estar en ese estrato, son personas que se ubicaron en la clase media.
Por su parte, en el año 2020, INEGI estimó en 47.2 millones de personas en clase media (6.2 millones menos que en 2018); lo que significa que en ese estrato estaría el 37.2% de la población nacional, indicador no sólo más bajo al registrado en el 2018, sino incluso al que se estimó para el año 2010, cuando se calculó en 39.2%.
El grupo que no ha dejado de crecer en números absolutos es el relativo a las personas que forman parte de la clase baja. En efecto, en el año 2010, la suma fue de 66.4 millones, lo que representó el 59.1% de la población; para el año 2018, la cifra absoluta pasó a 69.78 millones, equivalentes al 55.8% de la población nacional; mientras que en el 2020 la cifra absoluta es de 78.53 millones, equivalentes al 62% de la población nacional.
Otros aspectos a destacar de los resultados del INEGI es que en el ámbito rural la clase alta literalmente no existe. Ahí, la clase media representa al 24.4% de los habitantes de localidades de 2,500 habitantes o menos; mientras que la clase baja es equivalente al 75.6%.
Por su parte, en las zonas urbanas, la clase baja es igualmente mayoritaria, con el 53.8% de quienes viven en estas áreas en ese estrato socioeconómico; seguido de la clase media con un 44.9% de los habitantes de estas localidades, y el 1.3% en la clase alta.
Visto por entidades federativas, los estados donde la clase alta representa una mayor proporción de los habitantes que hay en ellas son: Ciudad de México, con el 3.1%; Nuevo León, con 2.8%; Colima, con 2.6%; Querétaro, con 2.4%; y Yucatán, con 2.3%.
Igualmente, sólo hay ocho entidades donde la clase media representa al 50% o más de sus habitantes, además de dos estados donde el porcentaje es ligeramente superior al 49%; éstas son: Ciudad de México, 58.9%; Colima, 54.6%; Jalisco, 53.6%; Baja California, 53.1%; Sonora, 51.9%; Baja California Sur, 51.1%M Querétaro 50.5% y Sinaloa, 50%. También en este grupo están Nayarit con el 49.9% y Aguascalientes con el 49.4% de sus habitantes en la clase media.
Finalmente, es importante decir que hay 14 entidades con 60% o más de sus habitantes considerados en el estrato de clase baja; siendo las que registran mayores porcentajes: Chiapas, con 80.2%; Guerrero, 75.8%; Oaxaca, con 73.9%; Puebla, con 68%; Tlaxcala, 66.2%; Durango, 65.1%, Veracruz, 64.8% y Tabasco con 64.4%.
Debe mencionarse que esta clasificación se sustenta sólo en una perspectiva relativa al gasto de los hogares; pero no incluye factores, como los que consideraba Max Weber, en su categorización de la clase media, por ejemplo, nivel educativo y prestigio social. Si se incorporasen como variables, la polarización sería incluso mayor.
Investigador del PUED-UNAM
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