En homenaje al general Raúl Fuentes Aguilar una de las mayores urgencias para nuestro país se encuentra en la necesidad de contar con más elementos que contribuyan a fortalecer nuestras identidades y con ello, generar la cohesión necesaria para avanzar hacia una sociedad de mayor equidad y de mayor justicia social para todos
Sin duda alguna, la mayor fuente de cohesión e identidad en una sociedad se encuentra en su historia. En ella, se cruzan y entrecruzan las biografías particulares de hombres y mujeres que, desde sus ámbitos de vida, aportan su trabajo, sus capacidades y en ocasiones hasta su existencia en aras de contribuir a fortalecer una patria generosa.
El abandono de historia como referente de actuación ética por parte de las elites dominantes es evidente; y por otra parte, el abandono del análisis y del estudio crítico de la historia en prácticamente todos los planes de estudio de la enseñanza en nuestro país, nos han llevado a olvidar que lo mejor de nuestro entramado institucional y de nuestro marco jurídico ha tenido como base la actuación y la voluntad de numerosas personas que, debe insistirse, han puesto al servicio de la patria toda una vida de trabajo y dedicación. Hace falta, en ese sentido, rescatar a nuestra historia reciente, y destacar y reconocer el trabajo y la entrega que han tenido por México hombres y mujeres que por su obra, son personajes, en el sentido más profundo del término, que desde el amor por nuestra Nación, se convierten en hombres y mujeres de “calibre” universal.
Uno de estos hombres es el general Raúl Fuentes Aguilar, hoy en el retiro en el servicio de las armas, pero en plena actividad intelectual y producción literaria. Médico militar, ha ocupado distintos cargos en nuestro Ejército Mexicano, entre otros, el de director del hospital Central Militar. A la fecha, el general Fuentes Aguilar ha publicado más de 15 títulos (al menos de los que tengo noticia) que nos ofrecen una mirada excepcional sobre distintos espacios, momentos y fenómenos fundamentales en nuestra historia y en nuestro ser nacional. La erudición y la calidad estilística de estos textos son ya de por sí un motivo suficiente para su lectura; sin embargo, la profundidad ética y la enseñanza, respaldada por una vida de servicio, sobre la necesidad de recobrar lo que el general Fuentes Aguilar llama “el sentido de patria”, los convierte en textos de suma valía en este contexto en que vivimos.
De esta forma, la obra del general Fuentes Aguilar va desde una detallada descripción y análisis de los fundamentos filosóficos de la medicina, texto que por la riqueza de información y referencias bibliográficas que contiene debería ser un texto obligado para todo estudiante de medicina en el país, hasta reflexiones en torno a la muerte, en un breve texto precisamente titulado como Escolios sobre la muerte. Asimismo, ante el 150 aniversario de la instauración de la República Restaurada, proclamada así por el Decreto emitido por el presidente Benito Juárez el 19 de enero de 1958, cuando la República iniciaba en la ciudad de Guanajuato su “peregrinaje en carreta” como lo describiría el hoy finado maestro Henestrosa (otro gran hombre “hacedor” de nuestro tiempo); y frente a los embates de gobiernos locales que han renunciado a la vocación laica de nuestro Estado, la revisión de los textos del general Fuentes Aguilar en materia de la historia de las relaciones de la Iglesia y el Estado en México se vuelve imprescindible para revalorar el laicismo y la importancia de mantener la actuación de las instituciones del Estado, y la propia actuación de los políticos, en el marco de lo que establece nuestra Constitución y el poder civil.
El genio militar que nos revela en su análisis sobre el general Porfirio Díaz Mori a través de un pormenorizado estudio de sus campañas militares en el territorio nacional, así como las consideraciones desde la perspectiva de un hombre formado en la disciplina militar sobre la táctica y las aportaciones del general Porfirio Díaz, es indispensable para la comprensión de la historia de una de nuestras principales instituciones. En efecto, hoy que nuestro Ejército ha sido responsabilizado de intervenir en la cruenta lucha que se desarrolla en todo el territorio nacional en contra del crimen organizado, es importante revalorar su historia; su devenir a lo largo de nuestra vida independiente, y su consolidación hoy como una institución de paz que, a pesar de haberse visto traicionada por algunos de sus miembros que han desertado y se han incorporado a la vida delincuencial, constituye uno de los pilares fundamentales para garantizar nuestra vida civil, el Estado de derecho, nuestra soberanía y nuestros procedimientos democráticos.
Escribir es una de las tareas más complejas que existen sobre la tierra: enfrentarse al reto de convertir al lenguaje en una potencia creadora es uno de los actos de rebeldía y de arrojo de mayor envergadura que pueden asumirse. Mucho menos fácil es mantener esta determinación cuando se han pasado los 80 años de edad; más aún, con la claridad y lucidez con que recientemente nos entregó el general Fuentes Aguilar, su texto sobre Samuel Ramos y su pasión por México. Es deseable que el Ejército Mexicano impulse la publicación y difusión masiva de la obra que nos han dado hombres y mujeres que han hecho de la vida castrense un ejemplo de entrega y servicio a México.
La vida y obra del general Raúl Fuentes Aguilar, junto, por ejemplo, la vida y obra del Dr. Jesús Kumate (a quien de manera justa le fue entregada la medalla Belisario Domínguez) debieran ser objeto del reconocimiento de nuestro Ejército, y difundida y llevada a todas las escuelas del país, junto con las obras, claro está, de todas las personas que, desde la vida militar, han contribuido a la construcción de nuestro México. Hoy que el Ejército Mexicano participa no sólo en tareas de rescate, asistencia social durante desastres, así como actividades y jornadas de servicio social en comunidades marginadas, sino que se ha involucrado en actos de extrema violencia en combate contra el crimen organizado (Apatzingán y Tijuana son los ejemplos más vistosos), requiere fortalecer ante la población y ante la opinión pública su vocación de servicio y lealtad a México, y una manera de hacerlo puede ser precisamente la de lograr que las aportaciones de sus mejores hombres y mujeres sean conocidas y mejor valoradas por la población nacional.
Todas y todos sabemos que nuestro país vive una lacerante pobreza y una oprobiosa desigualdad. Todas y todos sabemos que la injusticia y la impunidad campean a lo largo del territorio nacional; todas y todos sabemos que la corrupción y la ineficiencia de las instituciones públicas han llegado a niveles inaceptables. Frente a ello, requerimos pues con urgencia, recobrar la historia reciente de nuestro país, así como las mencionadas historias particulares de las mujeres y hombres que han construido, peldaño a peldaño, al México que hoy tenemos y al que hay que fortalecer y defender a toda costa. Nuestro México del siglo XXI no logrará la equidad y la justicia social, sino finca su proyecto de futuro en los mejores valores y en la ejemplaridad de la vida y la obra de las y los mejores mexicanos. Hoy requerimos de más referentes sobre cómo recobrar una actuación ejemplar de responsabilidad y compromiso con México, y sin duda, la vida y obra del general Raúl Fuentes Aguilar es un ejemplo de vida que debe destacarse.
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