La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)se encuentra en un proceso de elección de quien será la o el nuevo Rector de nuestra máxima casa de estudios a partir del mes de noviembre de este 2023. La instancia encargada de elegir a esa persona es la Junta de Gobierno, la cual se encuentra integrada por 15 respetadas y respetados universitarios; ocho de ellas son mujeres, y siete son hombres.
Escrito por: Saúl Arellano
la Junta de Gobierno es la encargada de elegir al nuevo rector, la cual se encuentra integrada por 15 respetadas y respetados universitarios
Existen muchos mitos, pero sobre todo infundios respecto de la Junta. Quizá los más relevantes son, que se trata de un “grupo de notables” que están “alejados de la realidad universitaria”, y que en su mayoría “responden a intereses oscuros y que no responden necesariamente a los de la comunidad universitaria”.
La Junta de Gobierno es una de las cuatro estructuras de Gobierno que la Ley Orgánica de la UNAM establece para dirigir la vida institucional universitaria. La más visible, por supuesto, es la Rectoría. Pero también se establecen legalmente al Consejo Universitario; a la mencionada Junta de Gobierno y a la Junta de Patronos.
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La Junta de Gobierno está integrada por destacadas y destacados mexicanos, universitarios, que se han destacado en el ámbito de sus áreas de conocimiento o desarrollo profesional. No reciben un salario por las actividades que desarrollan, y tienen dos funciones esenciales. La primera de ellas es elegir a las y los directores de nuestras Facultades, Institutos y Escuelas Nacionales. La segunda función esencial, es la elección de la titularidad de la Rectoría.
Para elegir a la o el Rector, es la única ocasión en que es la propia Junta de Gobierno la que integra una terna. Para ello emite una convocatoria para que libremente, las y los universitarios que consideran que pueden dirigir a nuestra casa de estudios, se inscriban y presenten sus proyectos de trabajo. A partir de ello, se abre un proceso de consulta a la comunidad universitaria, la cual comparece ante la Junta para exponer argumentos de apoyo a quienes se considera que deben ser la nueva o nuevo rector.
Para este proceso hay 17 destacadas y destacados universitarios inscritos. Sus currículums y sus trayectorias profesionales hablan por ellos, y eso es un signo positivo para la UNAM, pues hay una muy amplia gama de posibilidades para que la Junta pueda sopesar, contrastar y tomar una decisión luego del intenso proceso de deliberación que debe llevar a cabo sobre la consistencia, viabilidad y pertinencia de sus proyectos.
Cada que hay elección de la Rectoría surgen las mismas voces y las mismas críticas: “que el método no es democrático”; “que debería haber una elección universal”; y una larga lista que señalamientos, algunos de los cuales tienen cierta pertinencia, pero la mayoría de los cuales son reflejo, o de desconocimiento de la Universidad, o de posturas interesadas en apoderarse o colonizar a la principal institución de educación superior de nuestro país.
Por ello, en el contexto de polarización que se ha generado en los últimos años en el país, la Junta de Gobierno tiene el reto de conducir un proceso ejemplar, que le muestre al país que sí pueden procesarse las diferencias; que el diálogo respetuoso y civilizado es el principal mecanismo para garantizar la convivencia diversa y plural de visiones sobre la realidad; y como resultado, también ejercer la capacidad y vocación pedagógica que la Universidad debe ejercer de cara a toda la sociedad mexicana, que es a la que nos debemos las y los universitarios.
La decisión que habrá de tomar este órgano colegiado, y quienes lo integran tienen plena conciencia de ello, habrá de influir, al menos los siguientes cuatro años, en la capacidad de nuestro país para generar y difundir cultura; para crear y difundir pensamiento crítico y para continuar con el desarrollo científico y tecnológico de México.
Nuestra UNAM es una inigualable casa de vocación y compromiso con México. En nuestras aulas están muchas y muchos de los mejores estudiantes que tenemos en el país y que miles de ellos habrán de contribuir en los próximos años a continuar construyendo un país que aspira a más democracia, más derechos humanos, más justicia y dignidad para todas y todos. Y también en nuestras aulas se encuentran incontables de las y los mejores profesores e investigadores de nuestro país.
La misión, porque hay que ponerlo en esos términos, que tiene nuestra Junta de Gobierno, es garantizar al país, que la UNAM seguirá siendo la mirada y la voz crítica de nuestra sociedad; la casa de la diferencia y al mismo tiempo, la casa de un crisol inigualable de identidad y proyecto de país: uno que debe saldar las deudas de la desigualdad, de la pobreza y de la marginación; de la violencia y la discriminación; del rezago educativo y de la presencia perniciosa de la muerte y la enfermedad evitable; de la crisis ecológica y del tremendo desorden urbano; del empleo precario y de la ausencia de auténticas estructuras de protección social.
Entre otras cosas, eso y nada menos es lo que está en juego en la determinación que habrá de tomar la Junta de Gobierno; de ahí su relevancia y de ahí la enorme responsabilidad de garantizar un proceso transparente, abierto y equitativo. Eso es lo que las y los universitarios esperamos y confiamos que habrá de ocurrir en las semanas por venir, porque México merece que nuestra UNAM siga consolidándose como la Universidad de la Nación.
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