Azul y Oro. Uno de los proyectos de mayor envergadura que ha desarrollado y cristalizado el Estado Mexicano es la Universidad Nacional Autónoma de México. Por sus puertas han pasado mujeres y hombres ejemplares, que han aportado y aportan día con día ante las problemáticas, cada vez más complejas, por las que atraviesa nuestro país.
Escrito por: Andrea Samaniego Sánchez
No es poca cosa, la Universidad tiene presencia a nivel nacional, sedes en Morelia, Mérida, León, Juriquilla, Taxco, Tlaxcala, Ensenada, Cuernavaca, así como prestigio en todas las entidades federativas y a nivel internacional.
Clasificada en el ranking mundial de universidades (QS World University Rankings) en el puesto 93, la mejor universidad de habla hispana en el mundo, a nivel regional sólo superada por la Universidad de Sao Paolo de Brasil, son cifras que permiten comprender su relevancia global.
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Con un alumnado de más de 370 estudiantes en sus sistemas medio superior, superior y posgrado. Con más de 50 mil profesores. Con presencia nacional e internacional indiscutibles. Los tres premios Nóbel estudiaron en sus aulas: Alfonso García Robles en 1982, Octavio Paz en 1990 y Mario Molina en 1995, al igual que otros secretarios de Estado, académicos, literatos, artistas que también tuvieron presencia dentro de sus instalaciones.
Su relevancia no es poca cosa, y en este semestre tendrá entre sus labores la discusión sobre la persona que será designado o designada titular de la Institución. A finales de agosto inició el proceso de selección por ser Rector o Rectora de la UNAM. Ahora, la lista es de una veintena de notables académicos y académicas.
Estos días seguirá el proceso, donde la Junta de Gobierno oirá motivos y razones para decantarse por uno u otro de los que desean ocupar tal cargo. Es momento, sobre todo de pensar qué tipo de rector o rectora requiere la UNAM de cara al futuro, uno cada vez más complicado en un entorno politizado, es momento de pensar las cualidades que debe contar esta persona que tendrá que saber sortear las dificultades y vicisitudes que se le presenten y que defienda, a mi parecer, uno de los baluartes primordiales de la universidad, su autonomía.
Es en el ejercicio de libertad que se buscan soluciones, cuando el pensamiento no está condicionado, cuando la mente no está coartada es cuando se pueden reflexionar sobre los problemas nacionales e internacionales.
La autonomía ganada en distintos espacios políticos requiere ser preservada, pues es en la autonomía donde todos los universitarios podemos pensar, discutir, estudiar, sin considerar que nuestras ideas serán lugar de persecución o de segregación.
Veremos pues el proceso de deliberación y designación, y analizaremos el papel del futuro rector o rectora en un momento decisorio para nuestro país y para una de las instituciones más relevantes del Estado Mexicano.
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