por Mario Luis Fuentes
El 76% de la población de las ciudades se siente insegura en ellas; los cajeros automáticos en vía pública, el transporte público y los bancos son percibidos como los lugares de mayor inseguridad. El 66% considera que las policías municipales son poco o nada efectivas, mientras que el 65% ha atestiguado robos o asaltos
Hay una tendencia creciente en la percepción de inseguridad en las ciudades del país. Si se toma como punto de partida el año 2013, lo que se observa es un incremento significativo en el porcentaje de personas que se sienten inseguras en sus ciudades.
Con base en la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), levantada trimestralmente por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), puede construirse una historia reciente de la inseguridad en los centros urbanos considerados en la encuesta y, en el agregado, para el país en general.
Según la ENSU, en septiembre de 2017 se llegó al nivel histórico más alto de percepción de inseguridad en las ciudades, con 76% de la población urbana. El indicador más alto que se había tenido se registró en marzo de 2014, con una percepción promedio de 72.4%.
Debe considerarse que el promedio anual de la sensación de inseguridad registrada en los años anteriores fue de 69.4% en 2014, 68.15% en 2015 y 71.4% en 2016. Hasta septiembre, el promedio trimestral de 2017 es de 74.6%, es decir: tres de cada cuatro habitantes de las ciudades afirman sentirse inseguros.
Los bancos: caros e inseguros
De acuerdo con el Inegi, los lugares en los que las personas sienten mayor inseguridad son los cajeros automáticos ubicados en vía pública, los bancos y el transporte público.
Lo anterior implica una paradoja: tenemos servicios bancarios de altísimo costo (debido a las comisiones y a las tasas de interés que cobran) en los cuales se han implementado medidas de seguridad para resguardar el dinero, pero no necesariamente la integridad de las personas. Para muestra basta observar los procedimientos de retiro de dinero de las sucursales y cajeros —a través de empresas de traslado de valores—, actividades que se llevan a cabo en horarios de atención y sin ningún protocolo de protección al usuario.
Así, el Inegi documenta que, como promedio para el periodo de marzo de 2016 a septiembre de 2017, los lugares en donde la población urbana se siente más insegura son los cajeros automáticos en vía pública, con 80.5% (ocho de cada diez); en segundo sitio está el transporte público, con 73.1%; en tercer sitio los bancos, con 66.7%; en cuarto sitio las calles que se usan habitualmente, con 64.6%, y en quinto lugar los mercados, con 58.3% de población urbana que se siente insegura en ellos.
Mal desempeño policial
De acuerdo con el Inegi, el porcentaje de personas que consideran que el desempeño de las corporaciones policiacas es poco o nada efectivo ha descendido ligeramente, y lo que se observa es una percepción elevada respecto de la ineficacia de las corporaciones locales.
En efecto, según los datos de la ENSU, del primer trimestre de 2015 al tercer trimestre de 2017 el promedio de quienes piensan que las policías municipales en sus ciudades son poco o nada efectivas asciende a 62% (dos de cada tres personas). En el caso de las policías estatales el promedio es de 53.2%, respecto de la Policía Federal que es de 37.8%, mientras que de la Gendarmería Nacional es de 28.3%.
Desconfianza en las instituciones
Uno de los mayores problemas en el acceso a la justicia en el país se encuentra en los elevados niveles de cifra negra (debidos a que las personas no confían en la actuación de las autoridades), los cuales ha registrado el Inegi a través de sus distintas ediciones de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) 2017.
Lo anterior se confirma en el alto nivel de atestiguamiento de delitos por parte de la población que habita en las ciudades, que contrasta con el bajo nivel de denuncia ya mencionado. Así, de acuerdo con la ENSU, 50.9% de la población de las ciudades ha atestiguado actos de vandalismo, 65% ha presenciado consumo de alcohol en las calles, 64.9% ha atestiguado robos o asaltos, 34.8% ha visto a bandas violentas o pandillerismo, 43.1% ha atestiguado la venta o consumo de drogas y 33.8% ha atestiguado o escuchado disparos frecuentes con armas de fuego.
Descontento generalizado
La percepción que tienen los habitantes de las ciudades sobre el desempeño gubernamental en los ámbitos locales muestra un descontento generalizado, pues los problemas que detectan como los más importantes están relacionados, en la mayoría de los casos, con la gestión municipal y estatal. La población urbana identifica los baches en calles y avenidas como el principal problema, con un promedio de 80.9%, durante el periodo que va de septiembre de 2016 y septiembre de 2017.
En segundo lugar está la delincuencia (robos, extorsiones, secuestros y fraudes), es decir, los delitos que corresponden al fuero común, y en los cuales las policías preventivas y estatales, así como las ministeriales, tienen la mayor responsabilidad de responder.
En tercer sitio se encuentra el alumbrado público, que es percibido como deficiente por 63.9% de los habitantes urbanos. Asimismo, 53.2% ubica como problemática las coladeras tapadas por acumulación de desechos, 52.5% considera que el principal problema de sus ciudades es el tráfico, 50.5% considera que lo es el suministro y fugas de agua potable y 47% considera que es el transporte público deficiente.
*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 24-octubre-2017, p.14.