El pasado 19 de febrero entró en vigor la reforma que modifica la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia de la Ciudad de México y el Código Penal para el Distrito Federal, y que tipifica el delito de violencia por ataques con ácido, sustancias químicas o corrosivas que causen daños a la integridad de las mujeres, adolescentes, niñas y niños, personas transgénero, transexuales y con discapacidad.
Escrito por: Ana Luisa Nerio Monroy[1]
Esta reforma conocida como “Ley Malena” ha sido el resultado del esfuerzo colaborativo de la sociedad civil, particularmente de grupos de mujeres activistas, algunas de ellas víctimas de ataques con ácido, la Comisión de Derechos Humanos y el sector académico. Es sobre todo la búsqueda de justicia por parte de las víctimas y sus familias, en un país donde sigue predominando la cultura machista, de violencia contra las mujeres y de impunidad hacia los agresores.
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ONU-Mujeres señala que “un ataque con ácido supone arrojar acido a una víctima, generalmente a la cara, con premeditación. Además de causar trauma psicológico, los ataques con ácido provocan dolor agudo, desfiguración permanente, posteriores infecciones, y a menudo ceguera en un ojo o en ambos”[2] Si bien estos ataques solían ser conocidos por realizarse en otros países, sobre todo en India y Pakistán, en los últimos 10 años, se han presentado con mayor frecuencia en nuestro país.
De acuerdo con información de la Fundación Carmen Sánchez, dedicada a difundir, prevenir y denunciar los ataques con ácido [3] en México no existen cifras oficiales del número de estos ataques. La Fundación tiene registrados 28 casos, todos de mujeres y de éstas 6 no sobrevivieron. La Ciudad de México, Puebla y el estado de México son las entidades donde más se reportan estos crímenes.
Los agresores cometen ataques con ácido por diversas razones, señala ONU-Mujeres, “tales como venganza por el rechazo de una propuesta de matrimonio u otro tipo de insinuación de carácter sexual o romántico, conflictos relacionados con las tierras, supuesto deshonor, y celos”[4]. La Fundación Carmen Sánchez ha documentado que en el 85 por ciento de los casos que tiene registrados el autor intelectual fue un hombre: 5 de ellos eran parejas y 11 de ellos ex parejas sentimentales. En el 90 por ciento de los casos el ataque fue dirigido al rostro y la mayoría de los crímenes se cometieron en la calle.
Si algo ha distinguido las reformas más recientes a la legislación que protege a las mujeres contra la violencia de género es que han sido las víctimas quienes se han dado a la tarea de exigir que se acabe con la impunidad con la que viven los agresores. Ese fue el caso de Olimpia Coral Melo y la “Ley Olimpia” sobre violencia digital y es ahora el de la “Ley Malena” nombrada así por María Elena Ríos Ortiz, una joven saxofonista víctima de un ataque con ácido en 2019 en la ciudad de Huajuapan de León, Oaxaca. Ríos Ortiz denunció al entonces diputado Juan Vera Carrizal por ser el autor intelectual de su ataque. Vera Carrizal fue pareja sentimental de María Elena y una ruptura de su relación fue el supuesto motivo del ataque.
El 90 por ciento del cuerpo de María Elena sufrió de quemaduras causas por el ácido con el que fue rociada por dos hombres. Las quemaduras por ácido causan graves daños a la salud, desfiguran el rostro y requieren de múltiples, dolorosas y costosas intervenciones médicas. María Elena ha dedicado gran parte de su tiempo a exigir justicia para ella y otras víctimas de ataques con ácido, ya que al igual que otras mujeres de este país, se ha enfrentado a una justicia machista y poco efectiva; así como a una cultura patriarcal donde lo primero que se cuestiona es la relación con el agresor y los “supuestos motivos” que dio la víctima para ser atacada.
Carmen Sánchez, creó la Fundación que lleva su nombre, después de sobrevivir a la terrible agresión con ácido, perpetrada a manos de su ex pareja y padre de sus hijos. El agresor ya se encuentra en prisión, con una sentencia de más de 46 años por tentativa de feminicidio. El caso de Carmen ocurrió en el Estado de México, entidad donde aún no se han realizado las reformas legislativas necesarias para tipificar la violencia por ataques con ácido.
En la Ciudad de México tampoco existen cifras oficiales sobre los ataques con ácido. De acuerdo con declaraciones de la titular de la Secretaría de las Mujeres, Ingrid Gómez Saracíbar, hay 20 casos identificados de violencia ácida, sin embargo, la cifra puede ser mayor ya que las mujeres no identifican este tipo de agresión como una forma de violencia de género. Por ello es importante difundir esta reforma legal; las mujeres deben saber que existen ataques con ácido; que se trata de una forma de violencia sancionada por la ley y que pueden llevar a su agresor a prisión.
En la Ciudad de México, la Ley Malena implica que los ataques con ácido serán considerados como un delito autónomo, sancionado con penas de ocho a doce años de prisión, así como multas de 300 a 700 veces la unidad de medida y actualización (UMA). Si las lesiones son calificadas como tentativa de feminicidio serán sancionadas con 11 a 46 años de cárcel. Además, estas reformas legales incluyen la obligación para que distintas instituciones públicas registren los datos de las víctimas por ataques de ácido y se otorguen medidas de protección y el acceso a la reparación integral del daño.
La Ley Malena es un importante avance para la defensa y protección del derecho de las mujeres a una vida libre de violencia en la Ciudad de México. El siguiente paso es lograr que este crimen se tipifique en todas las entidades del país.
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[1] Mtra. En RRII por la UNAM. Consultora, tallerista y conferencista sobre derechos humanos y género; autora de La No Maternidad Elegida. Twitter: @aluisanerio, IG:@nerio_analuisa
[2]ONU-Mujeres. Centro virtual de conocimiento para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas. Disponible en https://www.endvawnow.org/es/articles/607-ataques-con-acido.html.
[3] Fundación Carmen Sánchez. Sitio: www.fundacioncarmensanchez.org
[4] ONU-Mujeres, Op.Cit.
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