La ENDIREH (Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares) considera como parte de la violencia, en el ámbito de pareja, los actos abusivos de poder u omisiones intencionales que pretendan dominar, someter, controlar o agredir de manera física, verbal, psicológica, patrimonial, económica y/o sexual a las mujeres.
Escrito por: KEREN E. REYES CASTRO
Esta violencia se suele ejercer por personas con quienes las mujeres hayan tenido una relación de matrimonio, concubinato o mantengan o hayan mantenido una relación de hecho.
La violencia contra la mujer infligida por el compañero íntimo está generalizada en todos los países de América Latina y el Caribe, pero, la prevalencia varía según el entorno por lo que un gran porcentaje de mujeres alguna vez casadas o en unión informaron haber sufrido alguna vez violencia física o sexual de parte de un compañero íntimo,
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La violencia infligida por el compañero íntimo a menudo tiene consecuencias graves para la salud física y mental, de acuerdo al Resumen de la Violencia contra la mujer en América Latina y el Caribe de un análisis comparativo de datos poblacionales de 12 países. En ello, una gran proporción de mujeres que habían sufrido alguna vez violencia infligida por un compañero íntimo y declaraban haber resultado físicamente lesionadas, incluidas lesiones “menores” como contusiones y dolores, así como lesiones más “graves”, como fractura de huesos, quemaduras o cuchilladas. Estos resultados respaldan un gran número de estudios a nivel mundial que indican que la violencia infligida por el compañero íntimo es un problema de salud pública con graves consecuencias para la salud física de las mujeres, como lesiones físicas, discapacidad y dolores crónicos.
La mayoría de las encuestas han revelado que entre la cuarta parte y la mitad de las mujeres declaraban haber sufrido alguna vez violencia de parte de un compañero íntimo y la prevalencia de violencia infligida recientemente por el compañero íntimo era sustancial, entre un 7,7% en Jamaica 2008/9 y un 25,5% en Bolivia 2008.
La violencia infligida por un compañero íntimo comprende desde actos moderados ocasionales hasta situaciones prolongadas y crónicas de malos tratos, a veces llamadas “golpizas”; asimismo, abarca una amplia variedad de tipos o actos, por lo que también existen factores sociodemográficos asociados con la violencia de parte del compañero íntimo, que varían según el país.
En muchos países la prevalencia de violencia física o sexual infligida es significativamente mayor en las zonas urbanas, en comparación con las rurales, entre las mujeres divorciadas o separadas en comparación con las casadas, entre las mujeres actual o recientemente empleadas en comparación con las no empleadas y entre las mujeres de los niveles más bajos de recursos económicos e instrucción en comparación con las de los niveles más altos.
Lo anterior guarda relación con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana al sostener que de octubre de 2022 a septiembre de 2023, se estima que, en zonas urbanas, 8.4 % de las personas de 18 años y más fue violentada en el entorno familiar. En mujeres, este porcentaje fue de 9.8 %; en hombres, de 6.8 por ciento pero reportó que la o el principal agresor fue alguna persona sin parentesco especificado con un 20.1 % en relaciones de pareja como esposo, esposa o pareja sentimental.
Nuestro país ha generado diversos cambios en las legislaciones derivado de este mal en las relaciones de pareja como el ciberacoso, que impactan en un escenario material como las lesiones o hasta el feminicidio, por lo que la violencia en la intimidad no debe permitirse.
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