por Mario Luis Fuentes
En México hay más de 26.7 millones de mujeres mayores de 15 años que han vivido al menos un acto de violencia a lo largo de sus vidas; 5.8 millones reportan casos de violencia física o sexual “graves” o “muy graves”; y en 1.2 millones de casos su vida estuvo en peligro como resultado de las agresiones. Cada día son procesados por la justicia del fuero común 17 casos de violencia intrafamiliar, así como 11 casos diarios por el delito de violación.
Uno de los mayores problemas sociales –de alcance histórico-, ante el cual no hemos logrado generar respuestas adecuadas, es el relativo a la violencia que se ejerce de manera cotidiana, en contra de mujeres, niñas y adolescentes en todo el territorio nacional.
Los datos que aporta el INEGI, como referencia contextual, son abrumadores:
a) 65 de cada 100 mujeres mayores de 15 años han vivido al menos un episodio de violencia a lo largo de sus vidas
b) 47 de cada 100 mujeres mayores de 15 años, y que han tenido alguna relación de pareja, han sido agredidas por sus novios o cónyuges
c) Hay una mayor prevalencia de violencia ejercida por las parejas de las mujeres que trabajan sobre quienes no lo hacen. Contra las primeras el 52% de sus parejas han ejercido violencia frente al ya mencionado promedio de 47% nacional;
d) Se estima que en México hay alrededor de 1.2 millones de mujeres que han sido víctimas de violencia física extrema y que ha puesto sus vidas en riesgo
e) El 85% de las mujeres que han padecido violencia física o sexual de parte de sus parejas, la han experimentado en grados “grave” o “muy grave”; en números absolutos se trata de 5.8 millones de mujeres mayores de 15 años
f) 21% de las mujeres que han sido víctimas de violencia física o sexual han pensado en suicidarse. De ellas, el 9% lo han intentado.
Estos datos obligan a reflexionar en la enorme magnitud del daño que se provoca a los millones de mujeres que, además de la violencia física o sexual, enfrentan cotidianamente violencia psicológica o emocional; al respecto, debe siempre tomarse en cuenta que millones de mujeres padecen varias formas de violencia de manera simultánea, pues es común que quien es víctima de agresiones físicas o sexuales previamente haya padecido o continúe padeciendo violencia emocional, económica o psicológica.
En efecto, de acuerdo con los datos del INEGI, sólo el 35.9% de las mujeres que reportan violencia sostienen que han sido víctimas de un solo acto de agresión; el 24.1% sostiene haber vivido dos actos de violencia; 16.5% reporta tres eventos; 12.3% reporta cuatro actos de agresión; mientras que el 11% sostiene que ha sido víctima de cinco o más actos de agresión.
La magnitud de los delitos
De acuerdo con los datos del INEGI, en el país habría al menos 26.75 millones de mujeres mayores de 15 años que han sufrido algún evento de violencia; 18.71 millones la han padecido de su último esposo o pareja o de su pareja actual; 19.2 millones han vivido también violencia de otros agresores; mientras que poco más de 3 millones de mujeres han vivido algún episodio de violencia o discriminación laboral en su último año de trabajo.
Debe decirse al respecto que estas condiciones de violencia generalizada en contra de las mujeres encuentra en el ámbito delictivo severas expresiones que nos llevan a tener una muy alta prevalencia de delitos que se cometen principalmente en contra de mujeres, niñas y niños.
Lo anterior es importante de ser señalado porque, de acuerdo con la literatura especializada, las mujeres que viven o han vivido actos de violencia, en particular violencia grave o muy grave, llegan a agredir a sus hijas e hijos hasta en un 60% de los casos; y en prácticamente la inmensa mayoría los agresores también ejercen una violencia cotidiana en contra de sus hijas e hijos.
Al respecto debe decirse que entre los años 2009 y 2012 se han procesado en el ámbito del fuero común un total de 749,191 delitos; de éstos, 87,992 están directa o indirectamente relacionados con mujeres, niñas y niños que han sido víctimas; es decir, se trata del 11.7% del total, sin contar los homicidios y las lesiones.
Entre los delitos considerados para este análisis se encuentran el abandono de familiares; el abandono u omisión de asistencia a menores de edad; el acoso sexual; la corrupción de menores e incapaces; el estupro, la explotación sexual de menores e incapaces; el incesto; el lenocinio; los matrimonios ilegales y; la sustracción y tráfico de menores de edad e incapaces.
Debe decirse también que los delitos que mayor número de casos acumulan en el periodo mencionado son: la violencia intrafamiliar, con 25,022 casos; incumplimiento de obligaciones familiares, con 19,587 casos; violación, con 16,635 procesos; mientras que por abuso sexual se han acumulado 15,338 casos en el periodo que va de 2009 a 2012.
Para dimensionar la magnitud de estos datos basta con señalar que el promedio anual de casos de violencia intrafamiliar que son procesados a la justicia es de 6,255; lo cual implica un promedio de 17 casos diarios.
El panorama en las entidades
La distribución de la violencia en contra de las mujeres no es uniforme en todo el país; al respecto debe precisarse que en estados en donde se ha denunciado recientemente un crecimiento alarmante de casos de violencia contra las mujeres se presentan bajos porcentajes de delitos cometidos contra ellas respecto del total de delitos procesados.
Lo anterior puede tener una doble explicación: o efectivamente los índices de violencia y su prevalencia es bajo; o bien puede darse el caso de que los delitos no se denuncian o que cuando sean de conocimiento de la autoridad, ésta actúe de manera omisa o incluso en contra de los derechos de las mujeres.
Con esta acotación debe decirse que si el promedio nacional es de 11.7% de delitos cometidos contra las mujeres respecto del total de delitos en proceso judicial, hay 16 entidades que superan este promedio. Los casos más dramáticos son: Guerrero, en donde los delitos procesados en los que las víctimas son mayoritariamente mujeres, niñas y niños representan el 27.7% del total. Esto significa que uno de cada cuatro delitos procesados tienen probablemente a una mujer, niñas o niño como víctima.
Le siguen en segundo lugar los estados de Chiapas y Veracruz, en donde al menos en uno de cada cinco delitos procesados la víctima es una muer, niña o niño; ahí el porcentaje de estos delitos representan, en cada uno de ellos, el 22.7% del total estatal.
Posteriormente se encuentran Sonora, con 18.9% de los delitos; Chihuahua, con el 16%; Campeche, con el 15.7%; Tabasco, con el 15.5%; y Colima, con el 15.4% del total de los delitos de quienes se encuentran procesados por la justicia estatal.
*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 26- Noviembre- 2013, p.28
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