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Violencia Vicaria

La Violencia Vicaria, es un tema muy delicado que está creciendo en nuestro país de manera alarmante dañando a todos los niños, niñas y adolescentes que involuntariamente han sido involucrados en procesos legales y la difusión a esto es muy reducida o lastimosamente mal informada, aún que las campañas que visibilizan La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia son prometedoras.

Por Tania Landin, Activista en favor de madres e infancias víctimas de violencia vicaria | Fotógrafa | Escritora

La “moda” en lo social por el feminismo es confundido a menudo con radicalismo y la cantidad de madres autónomas o mal etiquetadas de manera peyorativa como “madres solteras” son solo algunos de los topes con los que tiene que lidiar una madre autónoma y víctima, eso sin dejar de lado la dura crítica hacia su reproducción y su estilo de vida, todo lo anterior es solo la punta del iceberg sobre una problemática, creciente y hasta normalizada que raya en un cruel chiste sombrío sobre el maltrato y la revictimización a madres, sus hijos. familiares, conocidos o pareja de quienes son víctimas de violencia vicaria, estos casos aún que siguen un patrón casi exacto, la justicia está muy lejos de llegar a cada madre y sus hijos, hay madres que llevan separadas de sus hijos cerca desde un mes o como en el caso de Bruno y Adam, que llevan más de un año sin ver, saber o escuchar algo de su mamá, y fueron ocultados por su papá, ex pareja de su mamá a la cual le negaron el divorcio por desconocer el paradero de su agresor cuando huyó, al día de hoy su mamá sigue luchando para saber el paradero de sus hijos que le fue negado tanto por instituciones como la SEP como el levantamiento de alertas Amber o de búsqueda, con una vida judicializada, y que tristemente ni con uno o varios procesos iniciados tienen garantías de que estas mujeres podrán volver a ver a sus hijos e hijas, mientras el proceso sigue su curso, el daño irreparable que sufren los hijos e hijas en materia de psicología es ignorado, haciendo que ese trauma evolucioné a niveles críticos con el que tendrán que cargar por años haciendo que incluso la muerte se vea atractiva para escapar a este tipo de maltrato, las autoridades aún con las firmes intenciones de tener por encima el bien superior de los niños, niñas y adolescentes, se les debe explicar este tema, pues no realizan las reintegraciones al seno materno en cuanto es denunciado por la progenitora aún que haya manifestado que ya venía sufriendo violencia desde el matrimonio, el ocultamiento de los niños por parte del padre y ex pareja, o familiares de éstos, impiden que se puedan levantar alertas Amber o alertas de personas desaparecidas, en muchos casos las propias autoridades recomiendan a las denunciantes “arriesgarse a enfrentar” a los agresores vicarios solas, porque “legalmente” no pueden destinar unidades y menos personal para acompañarlas, miles de madres que acuden a tiempo para denunciar violencia y agresiones por parte del padre de sus hijos hacia ellas, generalmente tienen que ver con maltrato verbal, sexual o patrimonial, los Centros de Justicia y/o Ministerios Públicos les indican que no hay delitos que perseguir, aun cuando notan que hay daño, es visible y que el maltrato de los agresores tiene un claro patrón de aumento, no hay medidas de prevención del delito, por lo que las incitan a resolverlo solas o les sugieren que abandonar la relación sin tomar en consideración que no tienen a donde huir, no tienen recursos, ni empleo, o familia y mucho menos red de apoyo, amparándose en el violento-metro, les dan consejos que no aplican a todas las víctimas, porque el violentometro es una medida lineal con respecto a cómo avanza la violencia y si bien los patrones son similares, las circunstancias que impactan de manera directa a una víctima no es general, el entorno de cada víctima es diferente y no todas poseen la fuerza o los medios para escapar de su situación, en la mayoría si no es que en todos los casos, las propias instituciones destinadas a la “prevención y justicia para la mujer” les piden “amablemente” resolverlo en la intimidad del matrimonio, porque sin marcas es peligroso denunciar y las amenazan con una vida cómo presidiaria si cometen un error dentro de su insistencia en querer denunciar, negando en el proceso realizar una declaración, o iniciar un proceso cuando aún viven con el agresor, porque “no se va por que le gusta el maltrato” sin saber que muchas veces el entorno incapacita a estas víctimas, argumentando que es mejor que “se separen y ya”, a lo mucho y tras rogar atención, otorgan medidas de protección, que son una burla siendo de unos cuanto días, y dejándoles claro que eso no les garantiza que no se les vulnere, lo que hace que no solo las aislé aún más, las transforma ahora también en víctimas de violencia institucional, el hecho de no llegar golpeada, con un caso viralizado en redes o en estado crítico de salud, es un pretexto perfecto para no pasarlas con un médico legista, tanatólogo o algún perito especializado para que a través de un dictamen se determine el grado del daño, y es muy común escuchar “seguro fue algo de una vez”, o “eres muy exagerada”, el tiempo pasa y los temores más grandes se hacen realidad cuando el agresor ataca a través de los hijos, al llevárselos e impedirles comunicación con su madre, a menos que regresen a su yugo, sigan sus instrucciones, tengan sexo con el agresor, o sean obedientes y sumisas a todo lo que él les pida, eso es la violencia vicaria, todo lo anterior increíblemente no es denunciable, sin embargo, el panorama cambia cuando la mujer intenta huir con sus infancias para protegerlas, la respuesta a denuncias por parte de los hombres es expedita, obligando a la convivencia y reconciliación si o si con el agresor, en muchos casos piden pactar a solas con su agresor, aún que eso pueda derivar en una violación, e incluso indican que a través de lo sexual pueden convencerlo de llegar a un acuerdo para ver o escuchar a sus hijos a través de una pantalla de celular, cuando acuden a pedir ayuda justamente tras el hecho de que sus hijos fueron robados por el padre o la familia de éste, culpan a la víctima por haberlo permitido, por no perseguirlos, por no ser lo suficientemente fuerte para dar la vida por sus hijos o acostarse con su agresor para evitar que se los llevará, en este punto si bien es cierto que ya van histéricas, desesperadas, o incluso enojadas, la respuesta de las instituciones es simple “ahora ya es demasiado tarde, y tienen que esperar a que su agresor se los devuelva por voluntad propia”, a pesar de que las autoridades conocen este patrón y afirman que es común no pueden (o no quieren) darse cuenta de que por estadística si una víctima va a denunciar un comportamiento que ella está notando que va creciendo por que lo está viviendo, va a derivar en un caso grave de violencia, y no tienen ni la infraestructura ni el personal capacitado para la prevención de un posible delito; las victimas solo piden que lo mínimo que deberían obtener, es el actuar rápido de las autoridades cuando precisamente “ya es tarde” cuando ya las ven “locas y desesperadas” en medio de la difusión a comerciales esperanzadores y cifras de aumento de personal para atención ciudadana, ignoran a las verdaderas victimas con un discurso claro y contundente “no hay recursos” “no hay delito que perseguir”, a muchas mujeres no les permiten divorciarse si no dan la ubicación de las parejas que huyen y niegan sus nuevos lugares de residencia o si se mudan constantemente, el daño aumenta si a pesar de tener un divorcio niegan juicios de guarda y custodia argumentando la vulnerabilidad de derecho del progenitor agresor, es imposible tener certeza de una vida libre de violencia, porque los primeros topes son la dificultad para notificar a tu agresor, en cualquier recurso que desee usarse con respecto a un juicio que involucre a niños, niñas y/o adolescentes la victima debe asegurar el domicilio del padre de sus hijos, no de familiares, no de su trabajo, debe asegurar un domicilio físico con cierto periodo de permanencia en éste, de lo contrario, no inician ningún juicio, por lo que cuando el progenitor se lleva y esconde a los niños, no hay modo de hacer algo pues dicho por las propias autoridades “también tienen derecho de tener a sus hijos” aún que eso implique robárselos y esconderlos con ayuda de sus familiares o sus nuevas parejas, en las colectivas donde miles de madres encuentran consuelo y apoyo, van exigiendo justicia, la merecen, es una culpa de la cual se eximen las autoridades cuando en realidad su falta de acción fue el cómplice perfecto para que el agresor pudiera continuar con sus agravios sin ningún problema hasta llegar a consecuencias graves, la deuda que tienen las autoridades con todas las madres que sufren violencia vicaria es un problema que no solo se está quedando rezagado en archivos y carpetas en juzgados, va en crecimiento y mucha de la culpa es por la falta de atención a tiempo de las autoridades que supuestamente en su discurso están “comprometidas con las víctimas” hay mucha publicidad pero en la realidad poca o nula acción es la que hay, los pocos casos que si llegan a tener alguna clase de avance, las madres terminan siendo agredidas por las propias instituciones a través de procedimientos engorrosos en donde la victima debe llevar el proceso hasta el lugar donde haya huido su agresor, con sus propios recursos y con el duelo de la separación obligada de sus hijos, ellas deben perseguir a su agresor, y llevarle el proceso hasta la comodidad del estado en donde se encuentre su victimario, porque “allí están viviendo los niños ahora” aún que hayan pasado tan solo 24 horas, la dificultad de esto aumenta, si el agresor decide mudarse a otra entidad o Estado, porque la victima debe perseguirlo hallarlo, e iniciar todo desde el principio, porque cada Estado y entidad se rigen de manera distinta, multiplicando exponencialmente las trabas para evitar que se continúe con el caso y con ello la coerción a renunciar para recibir justicia, mientras todo eso pasa, en la subtrama de la ya vulnerable situación, quienes padecen en silencio son los hijos que siguen siendo maltratados psicológica, física y en muchos tristes casos hasta sexualmente por el vicario agresor, su familia o en su defecto la nueva pareja del agresor, dañando libremente durante todo el proceso de manera permanente la imagen de su madre y la familia de ésta, generándole traumas y resentimientos que los van a vulnerar gran parte de su vida impidiendo un sano desarrollo, para la madre si el momento anhelado llega, si es que alguna madre logra justicia y sus hijos le son devueltos, lo que recibe son víctimas, infancias y adolescentes completamente heridos, enojados, llenos de resentimiento, rencor y odio, es entonces que viene una nueva lucha silenciosa, en donde las autoridades se rinden a brindar auxilio, porque en este punto se deslindan y estas víctimas están completamente solas con un hijo o hijos que traen en su cerebro un discurso de odio, con una actitud irreconciliable hacia su mamá así como a todo el entorno que la rodea y si de nuevo la víctima se atreve a acudir con alguna autoridad para pedir auxilio en materia psicológica o de prevención, las tildan de “mamonas” “ningún chile les embona” y ahora eso también es su culpa, el solicitar acceso a personal para ayudar a tratar a sus hijos y que les sea negado o cedido tras muchas trabas burocráticas, no solo es otro nivel de agresión, es una muestra de lo retrograda que esta todo el sistema en materia de prevención del delito y protección a víctimas, si de por si esa madre ya venía débil, con consecuencias postraumáticas del maltrato, el duelo de no tener contacto con sus hijos y emocionalmente perjudicada, ahora debe lidiar con nuevas víctimas que estarán a su cargo, que son más vulnerables que ella, porque son infancias o crecieron siendo ahora adolescentes que emocionalmente estuvieron completamente solos, ante estos caóticos y crecientes hechos es muy importante preguntarse ¿Es más importante dar recursos para una publicidad dudosa que dirigir ese recurso a más personal capacitado?, porque, puede que haya personal capacitado, sí, pero si cada defensor, psicólogo, o personal en general de dichas instancias que aún conserven vocación de servicio llevan de 60 a 80 casos al mismo tiempo es imposible que uno tenga atención oportuna, a eso hay que agregar que se le debe brindar atención a 40 casos más que se van sumando día a día, de nada sirve un comercial lleno de entusiasmo y esperanza, si en la realidad nada pasa, las madres deben rogar para tener información de sus hijos, rogar para que la justicia llegue, rogar para el ingreso de escritos, rogar para que se ejerza su derecho, ninguna mujer tendría que rogar para poder vivir con sus hijos e hijas de manera tranquila, sin temor y muchas madres sueñan con que sea obligatoria la pericial de psicología para los agresores en cuanto sean denunciados, sueñan con que los procesos sean en donde ellas radican, sueñan con que La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia sea real y no solo un discurso político para ganar adeptos, pero sobre todo que se tomen en serio las denuncias y se les obligue a los agresores a someterse a atención psicológica y que en las decisiones de las sentencias de guarda y custodia, con base en los dictámenes arrojados por las periciales de psicología hechas a los agresores, a las infancias y a las víctimas, dejar la Guarda y Custodia a la víctima denunciante y hasta revocar la patria potestad o perseguir a un agresor por vía penal con ese dictamen como antecedente, las periciales deberían ser obligatorias y formar parte del protocolo inicial con especialistas expertos en la materia; los patrones de comportamiento en los vicarios son muy similares, incluso las propias instituciones lo manejan como “lo común en estos casos” y lamentablemente solo crecen sin recibir justicia a menos que se vuelva viral y atraiga la atención de la presión social.

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La red de una de las colectivas a las que pertenezco: https://www.fncvv.com/

La institución que me brindó un curso para certificarme como auxiliar en Primeros Auxilios Psicológicos http://www.aulavirtual.cij.gob.mx:82/

La institución que me brindó un curso para certificarme como Primer contacto a victimas https://www.facebook.com/SumandoIgualdadAC/

Página dedicada a Bruno y Adam, ocultos por su padre desde el 16 de junio del 2023. https://www.facebook.com/profile.php?id=100083723695408

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