por Mario Luis Fuentes
El INEGI ha llevado a cabo, por primera vez en el país, el levantamiento del Censo de Alojamientos de Asistencia Social (CAAS, 2015); en él se documenta la existencia de 4,518 centros de este tipo, de los cuales, el 80% se localiza en sólo 17 entidades del país, siendo Baja California, el Distrito Federal, Jalisco, Chihuahua y Veracruz los que mayor número presentan. En ellos se atiende a casi 119 mil personas, de las cuales la gran mayoría son niñas, niños y adultos mayores.
Juan Luis Vives escribió en 1493 el texto que para muchos es considerado como el origen de la asistencia social moderna; lleva por título “Del socorro de los pobres” y sigue siendo una obra luminosa en cuanto a la visión que contiene respecto de las responsabilidades del Estado frente a la pobreza y la vulnerabilidad.
En México, esta obra fue referente de las primeras propuestas de qué hacer y cómo construir instituciones que en su momento se denominaron “caritativas”, pues se construyeron desde la lógica de lo que Gilberto Rincón Gallardo llamaría el “paradigma de la caridad cristiana”.
La referencia histórica es importante porque hace sólo unos días el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer los resultados del primer Censo de Alojamientos de Asistencia Social, 2015 (CAAS), el cual constituye un nuevo instrumento que debiera estar en la base de una revisión integral de las políticas de asistencia social que tenemos en el país, en el gran marco del paradigma constitucional de los derechos humanos.
Desde esta perspectiva es importante hacer notar la ligereza con que se usa el término de “Asistencia”, el cual ha sido asimilado a las nociones de paternalismo o patrimonialismo en las políticas públicas y hay quienes incluso hablan de “dejar de lado las políticas asistencialistas”, sin comprender que la asistencia social tiene una tradición de siglos en México y que debería ser asumida como uno de los ejes rectores de la política social en su conjunto.
La magnitud
De acuerdo con el INEGI, el número de alojamientos dedicados a la asistencia social en México asciende a 4,518, de los cuales el 80.4%, es decir, una suma de 3,365, se encuentran concentrados en únicamente 17 entidades del país. Este dato es una muestra de la enorme heterogeneidad que existe en torno a las políticas de asistencia social, y al abandono que sobre todo los gobiernos estatales y municipales han tenido respecto a esta parte medular de la política pública.
Otro dato relevante es que son esas 17 entidades las que tienen 100 o más establecimientos de asistencia social. Destaca en ese sentido que la entidad con más establecimientos es Baja California, con 443 alojamientos; le sigue el Distrito Federal, con 425; Jalisco, con 395; Chihuahua, con 268; Veracruz, con 259; el Estado de México, con 217; y Sonora, con 206; Guanajuato, Michoacán, Nuevo León, Chiapas, Sinaloa, Morelos, Tamaulipas, Coahuila, Guerrero y San Luis Potosí son entidades en donde existen entre 100 y 200 centros en cada una de ellas.
Los tipos
De acuerdo con los resultados del CAAS, 2015, de los 4,518 centros de alojamiento de asistencia social contabilizados, 1,782 tienen como propósito rehabilitar a personas con adicciones; 1,022 son “Casas hogar” para personas adultas mayores; 879 son “Casas hogar para menores”; 372 son “otras clases de albergues para población vulnerable”; 104 son “refugios para mujeres”; 84 son “refugios para mujeres, sus hijas e hijos en situación de violencia”; 76 son “albergues para migrantes”; 74 son “Albergues para personas en situación de calle”; y 62 son “Hospitales para personas con trastornos mentales o discapacidad mental”. El resto se distribuye en categorías diversas.
Otro elemento relevante a considerar es la figura jurídica bajo la cual están registradas las instituciones captadas por el CAAS; en efecto, 3,130 están registradas como Asociaciones Civiles (A.C.); 443 son Instituciones de Asistencia o Beneficencia Privada; 438 son instituciones públicas; 74 son Asociaciones Religiosas; 63 son Sociedades Civiles; y 34 son Sociedades o Asociaciones Mercantiles, mientras que los 336 establecimientos restantes tienen figuras o modalidades jurídicas distintas.
¿De qué viven?
A pesar de que en México hay instancias que promueven la filantropía y el asociacionismo para la atención de los más vulnerables, el marco jurídico y la institucionalidad para el fomento de las actividades de la sociedad civil en general siguen atrapados en una lógica que está dirigida más al control y la supervisión que a la promoción de mayor participación de los privados y de la sociedad civil en general, para la construcción de relaciones y redes de acción solidaria.
Desde esta perspectiva, hay 1,054 organizaciones que tienen como principal fuente de financiamiento “colectas o rifas”; 2,601 tienen como fuente “cuotas de las o los usuarios o sus familiares”; 1,426 reciben donativos de empresas o fundaciones nacionales; 2,636 reciben donaciones de particulares; 1,312 reciben fondos de agrupaciones religiosas; 451 reciben recursos de la venta de productos elaborados por las o los usuarios residentes; 1,851 reciben fondos del gobierno; 333 reciben recursos de organismos internacionales o gobiernos de otros países; y 91 cuentan con fideicomisos. Cabe destacar que la suma rebasa el total de las organizaciones porque algunas de ellas cuentan simultáneamente con distintas fuentes de financiamiento.
¿A cuántas personas atienden?
De acuerdo con el INEGI, los Centros de Asistencia Social del país atienden a un universo de 118,904 personas que constituyen a su población residente; de ellos, 76,053 son hombres y 42,851 son mujeres. Del total, 38,481 tienen menos de 19 años de edad; 38,922 tienen entre 20 y 44 años; 16,814 tienen entre 45 y 64 años; mientras que 23,540 tienen 65 años o más.
*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 19- Enero- 2016, p.21