por Óscar (Emigrante mexicano)
Dejé México por aventurarme. Económicamente no estaba tan mal. No era rico, pero tenía lo suficiente y dos buenos trabajos para empezar a forjar mi futuro con mi nueva familia, mi esposa y mi bebé.
Mi propósito inicial era irme un par de años y volver; ganar suficiente para forjar más rápido un futuro estable.
Han pasado ya más de 10 años. Me encuentro aquí con ideas nuevas. Han cambiado mis metas, ya no sólo en lo económico, que fue lo que me motivó al principio; me motivan más cosas, me fascina mi trabajo.
Pienso que Trump está equivocado puesto que nuestro trabajo no es solo para beneficio mío ni de mi familia, sino para todos los que vivimos en Estados Unidos.
El año pasado me tocó construir una escuela, un hospital, una tienda; un gimnasio, un concesionario de coches, etcétera. En todos estos proyectos, mis grupos eran de entre cuatro y siete personas, de las que había sólo un estadounidense: el que manejaba la grúa.
Los otros son hispanoamericanos, igual que yo.
Cada vez que voy a la escuela de mis hijos veo toda la estructura. Imagino todo el trabajo que hicieron para que él y muchos más pudieran tener una escuela. Me vienen los mismos pensamientos cuando voy a un hospital, y me pregunto qué pasaría si nos devolvieran a nuestros países. ¿Quién sufriría más?
Respuestas hay muchas. Yo sólo sé que no me da miedo regresar a mi país, pues me encanta México. Lo que sí me da miedo es dejar Estados Unidos. Muchos dicen que no es mi país y tienen razón; pero es el único país que conocen mis hijos. Un país que, como México, me ha dado mucho, pero al que yo también he aportado cosas positivas.
No sólo he ganado dinero para mandarlo a México, como muchos piensan. Tengo una vida aquí y pago mis impuestos, que no son pocos, pues, a la hora de declarar, pago aún más.
No soy ladrón ni violador ni vendo drogas, como dice el presidente que somos la mayoría de los latinoamericanos que venimos a Estados Unidos. Soy alguien que se siente parte de este país, alguien que aporta mucho a Estados Unidos, que no es sólo de los blancos. Este país alberga inmigrantes de muchas naciones, como lo dice la historia de Nueva York y otras ciudades del noreste en las que he vivido y que acogieron a los anglosajones que llegaron en un barco. Que no se olvide de eso Donald Trump.
He aprendido a ver un Estados Unidos diferente al que imaginé antes; gente de muchos países que lucha por salir adelante.
Eso sí es el país de grandes oportunidades. Mi trabajo es fantástico. Disfruto de la comida. Otros duermen, otros disfrutan con otras cosas; nosotros trabajamos duro para construir una mejor América. Soy supervisor en una empresa constructoray mi trabajo aporta demasiado a este país. Hay muchos otros hispanos como yo que trabajan para construir hospitales, escuelas, casas… todo un gran país.
Oscar
Emigrante mexicano que trabaja como supervisor de obras en Estados Unidos
Artículo publicado con autorización del Centro de Colaboraciones Solidarias.
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