El próximo 2 de junio se elegirá a quien ocupará la titularidad del Poder Ejecutivo del Estado de Yucatán, en elecciones concurrentes con el proceso federal. Ante ello, será fundamental que las y los candidatos a la gubernatura tengan un claro diagnóstico y propuestas viables y para cumplir con las metas que deben asumirse como parte del mandato constitucional en materia de derechos humanos.
Escrito por: Mario Luis Fuentes
La magnitud de la pobreza
De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), la pobreza en Yucatán ha tenido una tendencia de “subidas y bajadas” en los últimos años. En efecto, el organismo estimó, para el año 2016, un 45.5% de personas en pobreza en la entidad; para 2018 se registró un ligero descenso, a 44%; en el 2020 tuvo un incremento a 49.5%, mientras que en 2022 descendió a su mínimo histórico, con 38.8%.
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En números absolutos, esto implica que en 2016 había 990 mil personas en pobreza; en 2018, había 992,300 personas. Para 2020 se incrementó a 1,156,900 personas, mientras que en el 2022 se redujo a 920,200 personas en pobreza.
Adicionalmente, es importante subrayar que a pesar de que disminuyó el porcentaje de personas en pobreza, el promedio de carencias sociales en que vive la población en la entidad se incrementó de 2.4 en 2016 y 2018, respectivamente, a 2.5 en 2020 y a 2.6 en 2022. Lo anterior se traduce en el hecho de que el porcentaje de población que no es ni pobre ni vulnerable llegó apenas a 24.1% en el 2022. Dicho de otro modo, tres de cada cuatro personas en Yucatán son, o pobres o vulnerables.
Las tres mayores carencias
De acuerdo con el CONEVAL, al igual que en todo el país, el desastre que significó la creación del INSABI, y luego su desaparición, en esta misma administración federal, llevó a que el porcentaje de personas sin acceso a afiliación a ninguna institución de salud pasó de 14.4% en 2016 a 14.1% en 2018; a 24.7% en el 2020, y a 35.1% en el 2022. En números absolutos lo anterior significa que la población sin cobertura de servicios de salud pasó de 313,700 en el 2016 a 316,900 en 2018; a 578,500 en 2020 y a 833,700 en el 2022.
Otro de los ámbitos donde hay un importante estancamiento es en el del acceso a servicios básicos en la vivienda, indicador que no registra ninguna mejoría entre 2016 y 2022; en efecto, en el primero de esos años, había un 35.5% de los habitantes de la entidad en esa condición, mientras que en 2022 el porcentaje fue de 34.8%; sin embargo, en número absolutos la cifra pasó de 772,300 personas con servicios deficientes o inexistentes en sus viviendas, a 825,000 en el año 2022.
El otro ámbito de carencia social es el del rezago educativo; el cual, medido por el INEA, indica que, a diciembre del año 2023, había en Yucatán un 5.5% de personas de 15 años y más analfabetas, lo que implica una suma de 101,954 personas. Había además un 9.1% en el mismo rango de edad que no habían concluido los estudios de educación primaria, mientras que se estimó un 14.2% de personas sin educación secundaria concluida. Esto hace un total de 28.8% de personas de 15 años y más en rezago educativo, ubicando a la entidad en el 9º peor lugar del país en esa materia.
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