Informe de Rimisp constata que, aunque persiste la desigualdad entre los territorios de América Latina, zonas rurales vinculadas a ciudades, políticamente activas y productivamente diversas, ofrecen más oportunidades de desarrollo a la población joven.
La desigualdad sigue siendo un problema crítico para América Latina, señala la quinta entrega del “Informe Latinoamericano sobre Pobreza y Desigualdad, Juventud Rural y Territorio” (2019), publicado por Rimisp – Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural.
Pese a los avances económicos y sociales, las brechas territoriales persisten en el tiempo, postula la organización, luego de revisar el avance de los distintos territorios hacia cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en México, El Salvador, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile.
Si bien se constata un avance a nivel latinoamericano, el Informe revela que, dentro de cada país, algunos territorios siguen quendado “rezagados”, es decir, avanzan por detrás del promedio, y algunos de ellos incluso retroceden, en el cumplimiento de los 7 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) analizados, ofreciendo menos oportunidades en educación, salud y empleo para sus poblaciones y especialmente, para las y los jóvenes rurales.
Territorios rezagados
“Los territorios más rezagados comparten ciertas características: son más rurales, poblacionalmente pequeños y, en algunos casos, también muestran mayor proporción de población indígena. No se trata de un fenómeno aleatorio” dice el investigador de Rimisp y uno de los autores del informe, Miguel Albacete.
“Son territorios muchas veces abandonados por los Estados, con poca inversión en servicios y bienes públicos básicos y, en, algunas instancias, también funcionan como zonas de sacrificio donde el impacto medioambiental es alto y la inversión en diversifi”ación económica, baja”, agrega el economista.
El problema radica en que, aunque no es determinante, el nivel de desarrollo de un territorio termina por incidir, positiva o negativamente, en las oportunidades de inclusión económica de los jóvenes. De modo que, en los territorios en rezago, enfrentarían mayores obstáculos a la hora de perseguir sus proyectos de vida.
A partir de un análisis econométrico con datos de Perú y Colombia, la publicación además explora las variables demográficas y territoriales que inciden en la capacidad de las y los jóvenes al momento de incorporarse al mercado laboral. En esta línea, concluye que a la juventud rural le afectaría el género y el nivel educativo, así como la especialización productiva del territorio, y su nivel de conectividad vial. Territorios más conectados presentan una menor proporción de jóvenes que no estudian ni trabajan.
Oportunidades locales
Finalmente, y tras realizar una serie de entrevistas y grupos focales, además de revisar programas, leyes y presupuestos nacionales, entre otros documentos, el Informe Latinoamericano expone seis casos de éxito, de territorios rurales y rural-urbanos en México, El Salvador y Perú, que sí consiguen ofrecer mayores oportunidades de desarrollo a su población joven.
¿Cómo lo hacen? En dichos territorios, “había una alta capacidad de agencia y coaliciones sociales, diversidad de oportunidades económicas en la estructura productiva, vínculos con las ciudades pequeñas, medianas y mercados dinámicos, y, finalmente, políticas públicas que promueven la educación, emprendimiento y empleabilidad de los y las jóvenes”, explica la asistente investigación de Rimisp y coautora del Informe, Daniela Castillo.
De este modo, si bien no existe una fórmula mágica para incluirlos en las economías locales, la investigación de Rimisp revela que las últimas transformaciones de dichos territorios han redundado en más oportunidades laborales y productivas para las y los jóvenes. “En general, los jóvenes tienden a emplearse en mayor medida en las ‘nuevas’ actividades, sean estas agrícolas o de servicios. Por otra parte, con una sola excepción, todos los territorios analizados se vinculan fuertemente con zonas urbanas de tamaño mediano o grande, los cuales ofrecen a los jóvenes, posibilidades de estudio y trabajo, sin necesariamente tener que migrar”, señala la investigadora.
Otro factor que podría explicar este éxito, en tres de los seis territorios analizados (Allende en México, Santiago Nonualco en El Salvador, y Carumas en Perú) son las políticas municipales, en alianza con organizaciones públicas y privadas, que promueven la continuidad de los estudios, la empleabilidad, el emprendimiento, y en menor medida, el empoderamiento y la participación de los jóvenes rurales.
Incluir a los jóvenes
De este modo, para diversificar el tipo de actividad económica que predomina en el territorio, e incluir a los jóvenes en las economías locales, se necesitaría abordar las dinámicas particulares de cada territorio, pero también “cambios institucionales tendientes a implementar políticas públicas de educación, promover inversiones en bienes públicos y poner en valor la diversidad e identidades territoriales”, indica la directora ejecutiva de Rimisp, y coordinadora de la publicación, María Ignacia Fernández.
Asimismo, resultaría clave “promover y fortalecer la capacidad de agencia de los propios jóvenes y sus organizaciones, así como lo demuestran varios de los casos estudiados en el Informe, donde las y los jóvenes se organizan y dialogan con las autoridades locales y otros actores del territorio”, acota la doctora en Sociología.
Lee también: “HAY QUE APOSTAR POR LAS MUJERES Y LOS JÓVENES RURALES: IGNACIA FERNÁNDEZ (RIMISP)”
El Informe Latinoamericano será presentado vía Zoom el miércoles 15 de abril:
Centroamérica 14:00
México, Colombia Ecuador Perú 15:00
Chile Bolivia 16:00
Uruguay y Argentina 17:00
Quedando liberado para descarga desde http://informelatinoamericano.rimisp.org/