Escrito por 12:00 am Agendas locales, Especial

EDNICA: contextos, institucionalidad y agenda

por Gabriel Rojas Arenaza

Para comentar sobre cuáles son los aportes y retos de las organizaciones de sociedad civil (OSC) en un país como el nuestro me remitiré a abordar el tema desde la experiencia y estructura de EDNICA IAP, institución en la que colaboro y que tiene como tarea que niñas, niños y jóvenes en situación de calle, así como sus familias, conozcan, ejerzan y exijan el cumplimiento de sus derechos


Los contextos

En una primera aproximación, debo aceptar que no puedo hablar de las OSC con neutralidad; estoy convencido de que el sector contiene muchas bondades que se traducen en distintos aportes al país, desde aquí se identifican áreas en las que el Estado tiene poca o nula presencia, se crean propuestas innovadoras para abordar determinadas problemáticas sociales, se enriquece la vida política, se crean foros de participación, se colocan temas para la discusión pública, incluso como fuente de trabajo, las OSC adquieren relevancia creciente como empleadoras −no exentas de inestabilidad económica− de miles de profesionistas.

Asimismo, muchas y muchos nos cuestionamos sobre qué va a pasar con el nuevo presidente; en la agenda que a nosotros nos corresponde tenemos un interés genuino en conocer qué nos va a decir respecto de sus propuestas en materia de niños y niñas, de derechos humanos, de política social, de vínculo con sociedad civil, entre otros temas de relevancia.

Dentro de un ámbito más cercano, les comento que en ednica, el segundo semestre del 2012 fue intenso en cuanto a trabajo, ya que nuestro equipo enfrentó situaciones personales de inseguridad que no habíamos vivido directamente, y, por otro lado, también estamos trabajando con familias que padecen problemas cada vez más acentuados; familias que han encontrado en el espacio público y la economía informal una fuente de ingresos y que de manera constante sobrellevan inseguridad, actos de corrupción, mala procuración de justicia, pésima atención a víctimas del delito, más la habitual indolencia y mala actitud de servidores públicos en los servicios más cotidianos y elementales (actas de nacimiento, acceso a servicios de salud, mala educación pública). Describo esta situación de la manera más sencilla que puedo, tratando de alejarme de los clichés que de cuando en cuando se ponen de moda; hago un esfuerzo muy grande para no decir que vivimos en un Estado fallido y que a nosotros nos toca recoger sus piezas, pero cierto es que los sistemas e instituciones públicas que deberían garantizar el ejercicio de los derechos humanos están muy deteriorados y en algunos se mantiene un movimiento inercial que no les permite cumplir sus tareas con resultados positivos; los ejemplos ya los hemos esbozado líneas arriba y faltaría papel si la lista fuese exhaustiva.

Los contextos que refiero en los párrafos anteriores ya trazan con relativa claridad puntos de agenda que las organizaciones de la sociedad civil tendremos que mantener estratégicamente en nuestras propuestas de trabajo.

El diseño institucional y la agenda

En ednica tenemos 23 años de trabajo con niñas y niños que realizan actividades económicas en espacios públicos, con jóvenes que se encuentran vinculados con la vida en calle, más las familias a las que pertenecen o han pertenecido; en concreto queremos favorecer que ellas y ellos ejerzan sus derechos y que no tengan una vida determinada por la sobrevivencia en la calle.

El diseño institucional de ednica está orientado sobre dos componentes: 1) el trabajo que se hace en nuestros centros comunitarios hacia las familias, principalmente niñas y niños, y 2) los programas de apoyo: Salud Emocional, Desarrollo Institucional, Procuración de Recursos, Comunicación Social y Derechos Humanos. En los últimos tres se concentran los esfuerzos de vinculación con la ciudadanía, medios de comunicación, donantes potenciales y actuales y, sobre todo, con distintos actores gubernamentales de los tres niveles de gobierno para abordar temas de interés común.

La propuesta institucional abre sus puertas para que niñas, niños, adolescentes, jóvenes y madres de familia participen de procesos que impulsan que ellas y ellos se hagan de mayores elementos para ejercer sus derechos, que se formen como ciudadanos y ciudadanas y que accedan a una vida con relaciones equitativas y no violentas.

Entre las tareas que atraviesan nuestro trabajo diario están los siguientes elementos e intencionalidades:

1. Colocar como sujetos de derecho a cada niño, niña, joven y mujer que participa en nuestras actividades

2. Fortalecer sus habilidades ciudadanas

3. Favorecer el existencia de un tejido comunitario fuerte

4. Que ednica sea un gozne, una especie de intermediario, entre las instituciones públicas y el ciudadano y la ciudadana

5. Familiarizar, fundamentalmente, a grupos de mujeres y madres de familia con los porqués y paraqués de las Comisiones de Derechos Humanos, principalmente la del df, el infodf, copred, conapred, entre otros

6. Que ednica y sus instalaciones sean reconocidas como un entorno de seguridad en las comunidades en las que tenemos presencia

7. Que la institución está conformada por personas que no sólo son profesionales en su trabajo, sino también sensibles para brindar una respuesta amable y oportuna en lo cotidiano y en circunstancias emergentes (una detención, episodios de violencia familiar, entre otros)

8. Favorecer una cultura de la denuncia cuando se es víctima de un delito de carácter sexual o que implique violencia o mala actuación de servidoras y servidores públicos

9. Que la institución participe de grupos de trabajo como Consejos Delegacionales y locales en temas vinculados al ejercicio de los derechos humanos y en los que se deberían de discutir las políticas públicas y toma de decisiones

Los resultados que hemos alcanzado varían en sus avances y no siempre presentan los resultados estratégicos que nos planteamos de inicio, sin embargo, generan aprendizajes que nos permiten ratificar que estas tareas son relevantes para el quehacer de una organización de sociedad civil como ednica, aunque las estrategias siempre deben ser actualizadas y nuestro lenguaje tiene que ser inteligible, tanto para quienes acuden a nuestros programas, como para la gente que es parte de las instituciones públicas.

Sobre este último punto, la necesaria y compleja relación entre sociedad civil y gobierno (incluso con el sector empresarial) podríamos extendernos con más amplitud, pero ahora sólo menciono el hecho de que la acción de instituciones como ednica deben enfrentar y solventar escollos innumerables, debido a que −en nuestra experiencia− los actores gubernamentales siguen viendo con recelo, desconfianza y desconocimiento a las organizaciones de sociedad civil; esto debería cambiar; esperamos que los relevos en el gobierno federal y de la capital mexicana abran el diálogo para que en los distintos niveles de gobierno éste le pierda el miedo a la sociedad civil. Nosotros seguiremos insistiendo en ello. •

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