Fue capturado José Antonio Yépez, alias “El marro”, en el estado de Guanajuato. La nota informativa oficial de la Secretaría de Seguridad Pública Federal menciona escuetamente que, en un operativo conjunto de las fuerzas federales, en coordinación con la Fiscalía General del Estado de Guanajuato, fue detenido quien presuntamente era líder del autodenominado “Cártel de Santa Rosa de Lima”. Este texto presenta los datos de el contexto sangriento de su captura.
Por favor sigue al autor en Twitter: @saularellano
La batalla que se libra desde hace meses por el control del robo de combustible en el estado, ha dejado una estela de muerte, extorsiones, robos, secuestro y un sinnúmero de delitos del fuero local y federal, que es difícil saber si la detención de este presunto criminal llevará al restablecimiento de la paz y la seguridad en la entidad, luego de tres años de sangrientos enfrentamientos.
Los siniestros datos
De acuerdo con los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, entre 2016 y el mes de julio de 2020, en Guanajuato fueron asesinadas intencionalmente 11,939 personas; pero los datos del INEGI para el 2016, 2017 y 2018 muestran una diferencia de alrededor del 11% para cada uno de esos años, por lo que, en realidad, la cifra podría ser de aproximadamente 12,578 asesinatos en estos cuatro años y siete meses.
En el 2020 la violencia se ha recrudecido severamente. El mes de enero de este año ha sido el más violento en la historia de Guanajuato, con al menos 462 personas asesinadas. En febrero la cifra es de 348; marzo tuvo un registro de 353; abril registró un nuevo incremento a 371 víctimas; en mayo fue de 369; para junio fue de 390; mientras que en la medición diaria del SESNSP la cifra se ubica de manera preliminar en 403 víctimas de homicidio doloso.
Estos datos equivalen a un promedio diario de 12.2 homicidios dolosos diarios, es decir, un asesinato cada dos horas en la entidad, lo cual la ubica ya también entre las cuatro entidades con mayor tasa de homicidios a nivel nacional, dando con ello dimensión de la gravedad de la situación que se vive en este espacio territorial del país.
Puedes leer: “Guanajuato, el estado más letal para sus policías”
Lo exigible y esperable
La detención de este presunto delincuente debería llevar al Estado mexicano a saber al menos: a) cuándo y a cuántos funcionarios corrompió esta persona; b) cuándo y cuántos funcionarios federales estaban en su nómina o recibían sobornos; c) cuántos elementos de corporaciones locales o federales estaban en su nómina o recibían pagos por brindar protección a su grupo criminal; d) cuánto dinero y dónde lo tienea finde conocer su modus operandi para el “lavado de dinero”; y e) cuántas personas asesinó; cuántas ordenó ejecutar y sobre todo; de cuántas ordenó la desaparición forzada, a fin de localizar sus cuerpos y que sus familiares puedan darles una sepultura digna.
Si no se sabe esto, y sin un proceso de pacificación sostenido en la entidad, Guanajuato podría vivir en el corto plazo una nueva escalada de violencia. Esto, porque no es descartable, que los grupos rivales busquen la aniquilación del grupo criminal que presuntamente dirigía este personaje; tampoco se descarta la posible aparición de nuevas células criminales dedicadas a delitos como el robo, secuestro y extorsión, más violentas aún; y al mismo tiempo puede darse el siniestro escenario de una nueva “pax narca” impuesta por el monopolio operativo de un grupo criminal en particular.
Te puede interesar: “Estas son las entidades con las corporaciones policiacas peor evaluadas”
